Sobre el Origen del Estado Laico desde la Edad Media

La teoría del origen laico del poder, frente a la teocrática, afinca sus raíces en la recepción de las obras de Aristóteles y los Comentarios a la Política. Y en la polémica del rey francés con el Papa hacia 1300, en las obras políticas de Dante y de Ockham; y, sobre todo, con la teoría política de Marsilio de Padua, la primera totalmente laica y precedente de Hobbes.
En palabras suyas, el libro “ayuda a entender que el poder no se basa en la religión y que ésta, cuando ejerce poder o presiona sobre él, no es religión, sino ambición y usurpación”. En cuanto a la polémica de algunos sectores sociales con respecto a la nueva materia Educación para la Ciudadanía ha respondido lo que sigue: “La CONCAPA y algunos obispos suscitaron la polémica con el único fin de erosionar al Gobierno. Y negaban el derecho del Estado a educar, como si fuera algo propio solo de los padres y la Iglesia; cuando el Estado tiene no sólo el derecho, sino el deber, de educar “en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”. Pero, al final, ha habido mucho ruido y pocas nueces: la materia tiene pocas horas y dispersas; su perfil borroso la convierte en un cajón de sastre; y los centros religiosos la emplean para reforzar su ideario”.