Carlos Mas Arrondo
La historiografía tardó poco en deshacer el entuerto: el nacionalsocialismo no era solo Hitler ni el estalinismo únicamente Stalin. De ser así, hubiese sido relativamente fácil acabar con una u otra forma de totalitarismo. Loco, paranoico, irracional, fundamentalista, hasta demoníaco…, calificativos que nos permiten levantar una barrera entre el sátrapa y nosotros, que quedaríamos del lado de una pretendida y salvaguardada humanidad. Demasiado simple. Todorov (Memoria del mal, tentación del bien. Indagación sobre el siglo XX, p. 97), lo afirma con claridad:
La razón sirve indiferentemente al bien y al mal, se [continuar leyendo …]