El movimiento decembrista ruso se encuadra en el ciclo revolucionario europeo, que comienza en 1820 y culmina en 1848, contra el absolutismo y la Restauración, y justo dentro de los primeros movimientos donde las sociedades secretas, grupos masónicos, etc., tuvieron gran protagonismo como motor de cambio.
La Revolución Rusa de 1905 estalló por una combinación de factores, confirmando el agotamiento ya a comienzos del siglo XX del régimen zarista.