20/04/2017

Paco Uriz en Teruel: una presentación en la distancia

Reproducimos el texto leído (por nuestro amable amigo Toni Losantos) el 6 de abril de 2017 en la presentación, en el Museo de Teruel, de la figura y la obra de Paco Uriz, que se inserta dentro de una guadinesca sección de grandes semblanzas, que esperamos mantener y frecuentar más.

 

Paco Uriz (Foto Ana Segura)

 

1, Introducción

Nuestra visión de Suecia en el último tercio del siglo XX estuvo marcada por su calidad de modelo socialdemócrata, mítico en lo político y social, con el mejor índice de Desarrollo Humano. También, pues éramos muy candorosos, la libertad sexual, mujeres extravertidas y libres; y buenos coches. Y los prestigiosos premios Nobel, la fama universitaria de Upsala, Lund, Göteborg…; la historia de la Reina Cristina (aquella soberbia película de Mamoulian con Greta Garbo); la teoría teatral y las obras de Strindberg, o el divertido personaje de Astrid Lindgren, Pippi Långstrump; el cine de Ingmar Bergman, objeto de tantos debates. O el gran hispanista Gunnar Tilander, catedrático en Estocolmo, autor en 1933 y 1937 de dos estudios sobre el Fuero de Albarracín y Los Fueros de Aragón y, sobre todo, la edición (Lund, 1956) del Vidal Mayor, traducción aragonesa del In excelsis Dei Thesauris, texto clave de aragonés y Derecho medieval. Luego vendrían, en las últimas décadas la pegadiza música del grupo Abba, los escritores de novela negra, (Stieg Larsson, Camilla Läckberg, Åsa Larsson y Henning Mankell), o el exagerado y exitoso Jonas Jonason, autor de El abuelo que saltó por la ventana y se largó.

  1. Paco Uriz (y Marina Torres)

Pues bien: eso, poco, que sabíamos de Suecia, se ha ampliado extraordinariamente, sobre todo su literatura, gracias a este hombretón que ven ustedes aquí, de paso cauteloso, maneras suaves, dicción perfecta, y un innegable aire nórdico:  Paco Úriz, zaragozano de 1932, que junto con Marina Torres, su esposa y compañera, forma el magistral dúo de auténticos embajadores de las culturas hispánicas en Suecia y de la sueca y otras nórdicas en España y en los países de habla española (durante los últimos cuarenta años, son más de 10.000 páginas de poesía nórdica traducida al español). Una pareja excepcional, inseparable, aunque él camina mucho más y va más al cine. Ambos han desarrollado una larga y fructífera carrera de profesores, traductores, animadores culturales y sus amigos lo somos intensamente de ambos, su vida en común nos parece un ejemplo de amistad perfecta.

Fuimos (él una década antes) de chicos a los Escolapios, hemos militado no tanto en partidos como en mundos utópicos, y tenemos mil gustos comunes en literatura, cine, y varios asuntos más. Paco colaboró en Andalán varias veces, escribió cuando tuvimos problemas, mandó amigos suecos a vernos y hasta entrevistarnos para su televisión. Nos mandó al académico Lundkvist, al que se hizo una gran entrevista, espectacular. Vimos, hace justo cuarenta años, la obra Marta, Marta, traducida del sueco por Paco y representada por el Teatro de la Ribera; y luego en El Día divulgó la obra de Olof Palme y la literatura sueca en traducciones de nuestro hombre.

A pesar de su pronta marcha a Suecia, como ha seguido viniendo por aquí y tenemos también muchos amigos comunes y esa propensión a la utopía de izquierdas, nos hemos ido viendo Marisa y yo desde hace décadas, junto con Juana y José Antonio Labordeta, Mary Carmen y Emilio Gastón, Marisol y Gonzalo Borrás, Emilio Lacambra y sus fogones, y tantos otros. Lamento muchísimo que mi frágil salud me haya hecho desistir de acompañarle físicamente, y me permito hacerlo moralmente, por escrito, muy fervorosamente, agradeciendo a mi querido Toni Losantos que me preste la voz, el acento, la emoción.

2, Sus traducciones

Paco trabajó durante más de treinta años en Estocolmo en la enseñanza y la traducción literaria. Ha sido traductor oficial en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Suecia. Y su vocación, la perfección en su trabajo, deben mucho, además de a la compañía y complicidad de Marina, al gran poeta y académico Artur Lundkvist, a quien nos hizo conocer hace casi cuarenta años (en un viaje en que le llevé, con su esposa y Labordeta, a Fuendetodos, origen de su libro sobre Goya). Traductor de literatura sueca y en ocasiones también noruega, danesa, finesa, entre sus hitos, la Antología poética de Harry Martinson (lo estaba traduciendo cuando le dieron el Nobel de 1974); un temprano Teatro escogido de Strindberg, con doce obras, entre ellas su célebre La señorita Julia o el delicioso libro con sus Cuentos (Nórdica); a otros dramaturgos como P.O.Enquist, Lars Norén, Sara Lidman; novelas de serie negra como las de a Mankell de quien Uriz tradujo El perro que corría hacia una estrella y Marina Torres La quinta mujer; a media docena de poetas suecos y otros daneses, finlandeses y noruegos; varias antologías de poesía sueca muy importantes; la de Quince poetas finlandeses, la global de Poesía nórdica (que obtuvo el Premio Nacional a la mejor Traducción del año 1996). Ha traducido también textos de Peter Weiss, de Märta Tikkanen, Olof Palme, Torgny Lindgren o del famoso director de cine Ingmar Bergman, a quien entrevistó y tradujo un par de libros. Recientes son las preciosas ediciones del gran Gunnar Ekelöf, La leyenda de Fatumeh (Nórdica) y Diván, príncipe de Emgión (Libros del Innombrable) ilustradas por Bayo, o la antología poética Non serviam (también del Innombrable), todas ellas traducidas por Úriz.

También ha cuidado mucho la edición de manuales, libros sobre la literatura y la cultura española para nórdicos, y ha traducido al sueco (casi siempre en colaboración con Artur Lundkvist) textos españoles (Lorca, Dámaso Alonso, Blas de Otero, Jaime Gil de Biedma, etc.); y a los latinoamericanos César Vallejo, Huidobro, Nicolás Guillén, Pablo Neruda; un par de antologías de poesía española; obras del teatro español y latinoamericano; y ediciones, textos, sobre el modelo socialdemocrático sueco, o la situación en América Latina, a donde acompañó a Palme y fue su intérprete para entrevistarse con Daniel Ortega o Felipe González. O preparando la edición de “Revolución en la revolución” de Régis Debray. O traduciendo la excelente antología de los discursos de Palme El valor de la solidaridad (El Innombrable). O, en un impulso traductor enorme, también ha traducido al español, en colaboración con diferentes traductores,  poesía de otras lenguas de ámbito restringido: esloveno, albanés, búlgaro, checo.

Y fue fundador y director (siempre a su lado Marina) durante diez años de la Casa del Traductor de Tarazona, desde la que desarrolló una intensa labor: dirigió la presentación de cinco poetas europeos en la revista Poetaria; de Erik Knudsen, Ivan Malinowski, o Poesía albanesa en la Colección Veruela, y otros autores suecos en la miniserie Papeles de Tarazona; una importante Antología de los cinco países nórdicos, poetas búlgaros, antologías o libros en Ediciones de la Torre, Hiperión, Euroeditor, El Imán, Bassarai, Pamiela, El Útimo Parnaso, Lumen, Libros del Innombrable, etc.

Y algo de lo que no se habla casi nunca, por su apariencia menor: sus libros para la enseñanza del español publicados en Estocolmo: ediciones escolares de Ana María Matute y Armando López Salinas, libros de lectura y varios tomos de Métodos, Textos literarios, Reflejos, etc. Y otros publicados fuera de Suecia como la serie Leer es fiesta,Cosas que pasan, España cuenta , América Latina cuenta, A escena, Ventana abierta sobre España, Ventana abierta sobre América Latina, Realidades españolas o la obra tan conocida Mundo hispánico (Editorial Chancerel, de Londres, con edición sueca, inglesa, finlandesa, italiana, francesa, alemana).

Reflexionamos con él sobre esta tarea descomunal, que ha llevado a cabo con rigor, gran claridad y belleza expresiva, paciencia infinita: La maldición que impide el conocimiento de los escritores  en lenguas de poca difusión ¿afecta también a sus traductores? ¿No debería ser mérito adicional el abrir mundos poéticos hasta ahora totalmente desconocidos o poco conocidos?

Sí: ha recibido diversos honores y premios; posee la medalla del Gobierno sueco “Illis Quorum” y dos premios de la Academia sueca, todos por su labor de difusión de la literatura sueca por el mundo. Tarazona le concedió la Cabeza de judío; su ciudad natal, Zaragoza,  la medalla de Santa Isabel; y España, dos veces el Premio Nacional de Traducción, el segundo en 2012 por la totalidad de su obra. También en 2008 le concedió el Gobierno español la Encomienda de la Orden del Mérito civil. En cambio, en su propia tierra aragonesa no se le conoce mucho: bueno, en eso le ocurre lo que a la mayoría de los grandes aragoneses, ignorados por sus paisanos.

3, El memorialista, poeta, novelista

Cuando, hace unos diez años, me preguntó con mucha discreción si podrían interesarme unas memorias suyas, no lo dudé, y lo publiqué (“Pasó lo que recuerdas”) en la Biblioteca Aragonesa de Cultura, que por entonces dirigía, para Ibercaja y la Institución Fernando el Católico, con preciosa portada de Natalio Bayo, que tanto ha colaborado conmigo, y con él. Cuenta en tono divertido, sus estudios de Derecho, su ingreso en el Partido Comunista, su estancia en Estocolmo, sus luchas políticas para evidenciar y combatir una dictadura como la española, en casos como la muerte de Grimau, el proceso de Burgos, etc. El viaje fantástico a América Latina y a España, con Olof Palme, su conocimiento de Peter Weiss, el general Juan Modesto, Adolfo Marsillach; Neruda, Octavio Paz, Cela, García Márquez, Cortázar, Fidel Castro…

Otros libros suyos memorables son Accesorios y complementos, especie de segunda parte de las citadas memorias; Cuadernos de Bitácora, colección de poemas frescos, directos y estimulantes, varios dedicados a José Antonio Labordeta. Otros escritos poéticos, impactantes y rompedores, divertidos, son Un Rectángulo de Hierba, Mi palacio de invierno, Cuaderno de cuadraturas e incorrecciones y Cirineo es el olvido. Y, coincidiendo con sus ochenta años, hace cuatro publicó El Innombrable una monumental antología, Poesía reunida. Un libro bellísimo, imprescindible, de un claro, contundente compromiso político y social, de denuncia de tanto crimen encubierto en este planeta. Y su desmedida afición al fútbol le llevó a preparar una de las primeras antologías de poesía futbolera, El gol nuestro de cada día (Vaso Roto).

Y, no en último lugar, aunque sí cronológicamente, su impulso a un número doblemente extraordinario de la revista Crisis (Erial) sobre la cultura sueca. Y sus últimos libros, tan exquisitos como Decidme cómo es un árbol, –textos teatrales con preciosa portada de su nieta Lucía–, el interesantísimo Viaje a la España de Franco (Erial) contando el que hizo acompañando a Peter Weiss en 1974, cuando el autor de Marat-Sade vino a documentarse para La estética de la resistencia. Y, en fin, esa traducción inquietante, originalísima, del libro de Per Olov Enquist, La partida de los músicos (que tradujo con Marina Torres), un libro deslumbrante y sobrecogedor, en el que para traducir la enorme distancia lingüística y cultural entre los campesinos y obreros del norte de Suecia con los de Estocolmo y el sur, recurren al cheso, con mucha fortuna. Y nos anuncia para muy pronto una edición muy cuidada de una amplia antología de Claes Andersson “Y la palabra se hizo poesía”…

Me atrevo a decir que, en mi opinión, Paco Úriz es el aragonés que hoy merecería antes que nadie el Premio Aragón o, vicariamente, el de las Letras Aragonesas. Y me alegra muchísimo haber actuado de presentador suyo en mi querida Teruel, en esta ocasión delegadamente, en la voz y personalidad de mi querido amigo Toni Losantos. A él mi agradecimiento, a Paco Uriz nuestra vieja amistad, y a todos ustedes su asistencia.