Estudiar, pensar, enseñar
La que fuera consejera de Cultura, presidenta del Consejo Social de la Universidad y lo es del Consejo Económico y Social, Ángela Abós muestra en un nuevo libro, Artículo determinado (Mira Editores), la gran valía literaria de quien antes de su importante actividad política fuera catedrática de instituto de Lengua y Literatura (obtuvo, entonces varios galardones como el Premio RBA por la novela El camino de Francia), que algunos conocíamos por razones personales (es vieja amiga del mundo de Andalán). Ubicada en la guerra civil, es una trágica historia que tiene, a pesar de su esquema de “novela coral y de espacios”, su centro en dos personajes: Aurora y su hija, tratando de “eludir el eco persistente de la guerra y las razones bélicas que enfrentarán para siempre a los dos hombres que fueron su vida”.
Un libro precioso y emocionante (sobre todo para cuantos conocimos a la fallecida persona objeto del mismo) es Vivir la Historia y enseñarla. Recuerdo y trabajos de Isabel Mainer, coordinado por Pilar Cancer y Juan Mainer y editado por las Prensas Universitarias de Zaragoza. Los parientes (sus hermanos José-Carlos y Juan) y amigos (Pedro Rújula, Concha Gaudó y Jesús Bueno, Pilar Cancer, Jesús Ángel Sánchez, Raimundo Cuesta, Ángel Lorente y Mari-Luz Mayoral, Julio Mateos) de esta excelente profesora de secundaria aportan recuerdos, reflexiones, y también una serie de fotos y textos suyos magníficos. En el conjunto destaca una evocación crítica de aquella Universidad, los combates por la historia escolar, la disciplina escolar y la didáctica, la innovación o la feminización de la la profesión docente.
Ángel Cristóbal Montes hace su casi anual entrega de una serie de libros de pensamiento, raros totales, asombrosos en un profesor de Derecho Civil que ejerció de político inagotable varios lustros, y que dedica la mayor parte de su tiempo a leer y escribir. Este volumen, también de Trotta como los antecesores, quiere Repensar a Heráclito, magnífico propósito en una época en que hay que hacer propaganda de Platón frente a sus rivales satisfactores del ocio. El veterano, que no viejo, profesor, muestra todas sus capacidades intelectivas, lectoras, de pensamiento y escritura, y subyuga al lector reflexivo.