25/11/2011

Reflexiones tras las elecciones: ¿de qué se reían?

El 26 de septiembre aparecía en andalan.es el comentario “¿de qué se ríen?, al que daba pie una foto de Pilar Alegría, Belloch y Lambán, riendo a carcajadas, saliendo de la reunión en que habían aprobado las listas del PSOE-Zaragoza para las elecciones generales. Y el comentario concluía: “No parece ser una opinión muy aventurada decir que el PSOE se va a llevar el 20-N otro batacazo. Seguro que el Sr. Lambán, responsable de su organización zaragozana, no se dará por aludido y dará explicaciones que lo justifiquen. Que no le extrañe que eso provoque también carcajadas (por no llorar)”.

¡Qué distinta foto de la de la noche del 20-N! Y no era difícil ser profeta en este caso, aunque extrañara la alegría despreocupada de esos líderes en medio de un país y de un electorado agobiado por la crisis económica y por el paro.

Ahora ya sabemos los resultados electorales y está confirmado el tremendo batacazo del PSOE aragonés, en la actualidad sin ideas ni líderes y muchos de cuyos cargos se han ocultado en los momentos más difíciles. En la sede zaragozana del PSOE, para conocer los deprimentes resultados electorales, solo se juntaron una treintena de personas, menos de la suma de sus cargos oficiales.

Durante la campaña, plana y sin atractivo, se ha carecido de capacidad para ilusionar y contrarrestar el avance del PP-PAR. Belloch ha intentado animar algunos actos, pero transmite cansancio y falta de ilusión; Pilar Alegría ha hecho una campaña correcta, pero todavía carece de carisma y proyección social. Sus mensajes sonaban a tristes y viejos, miedo a derecha e izquierda, sin plantear nuevas ideas y proyectos: “CHA e IU solo pretenden con su coalición fragmentar el voto socialista para favorecer a la derecha”, “hay que advertir a los aragoneses ante la nueva amenaza de Rajoy en Murcia de ejecutar el trasvase del Ebro”.

Bien es cierto que pueden seguir riéndose algún tiempo. Los que dominan o son apoyados por el aparato de los partidos no tienen que preocuparse los próximos cuatro años. Todos tienen puesto:

Javier Lambán compatibiliza sus puestos de alcalde, diputado provincial y diputado en Cortes de Aragón y secretario de organización del PSOE-Zaragoza (cargo que hay que suponer pondrá a disposición del partido, tras el nuevo fracaso).

Juan Alberto Belloch une a su condición de Alcalde de Zaragoza el cargo de senador, lo que le permite elegir su futuro (aunque resulte extraño que todos los concejales de Zaragoza tengan dedicación exclusiva retribuida y el cargo de Alcalde pueda no necesitar de dedicación exclusiva; ¡misterios de la polìtica!, salvo que se entienda que el Senado no sirve para nada y no exige dedicación).

Pilar Alegría, al lograr encabezar la lista al Congreso –gracias al apoyo de Marcelino Iglesias y Eva Almunia–, tenía segura su elección; tiene empleo, pues, para otros cuatro años. Es de desear que, habiéndose dado a conocer en esta campaña, se acerque más a sus electores y la dejen colaborar en la necesaria renovación del partido.

Susana Sumelzo también tenía segura su elección al ir en el segundo puesto en la lista del Congreso. Logró desbancar a Jesús Membrado, gracias al apoyo de Javier Lambán, al que debe su carrera polìtica, primero en la Diputación Provincial de Zaragoza y luego en el Senado desde 2008. Sigue siendo una pefecta desconocida.

Ahora se inicia la travesía del desierto de un PSOE zaragozano y aragonés en horas bajas. Ha disfrutado de unos años de vacas gordas, pero no se ha sabido consolidar y renovar el proyecto y las personas preparándose para un futuro y una sociedad que se intuyen radicalmente distintos. Pasó el momento de sus líderes actuales, que aburren con sus disputas internas, sus pequeñas ambiciones y su falta de propuestas. ¿Facilitarán una profunda renovación? ¿Podrán acelerarla las corrientes críticas que ahora elevarán el tono de voz? Ojala sea así, pues el funcionamiento de la democracia y la defensa de los logros conseguidos exigen una oposición viva y con ideas frente a la mayoría conservadora.