31/01/2014

El Valle de Noto

En la zona sureste de Sicilia se encuentra el valle de Noto, cuyas poblaciones merecen una visita por el esplendor de su arquitectura tardobarroca y su peculiar ambiente y configuración urbana.

En enero de 1693, la zona padeció un terrible terremoto, que causó la muerte de 93.000 personas y la casi total destrucción de sesenta poblaciones. Sicilia estaba entonces bajo la dominación española, y fueron Felipe V y Carlos III quienes impulsaron a lo largo de sus reinados la reconstrucción de la amplia zona afectada. Giuseppe Lanza, Duque de Camastra, encargado por la Corona de la reconstrucción, demostró su capacidad organizativa y su acierto en el nuevo diseño urbano y en la calidad de las nuevas edificaciones, al rodearse de los mejores arquitectos disponibles.

En junio de 2002 la UNESCO reconoció como Patrimonio de la Humanidad a las ocho “ciudades tardobarrocas del Valle de Noto”: Caltagirone, Catania, Módica, Militello Val de Catania, Noto, Palazzolo Acreide, Ragusa y Scicli.

Todos esos lugares, no muy distantes entre sí, merecen una visita, pero si el viajero tiene limitada la duración de su viaje, no debe dejar de intentar conocer, al menos, Noto, Ragusa y Caltagirone. Su situación geográfica, un tanto apartada de los lugares con mayor afluencia turística, aunque no lejos de Siracusa y Catania, ha colaborado a mantener los rasgos característicos de la vida siciliana y permiten disfrutar con sosiego de su ambiente y sus atractivos.

 

NOTO (22.000 habitantes, a 32 Kms. de Siracusa y 299 de Palermo) reúne en su centro histórico varios monumentos de especial interés, no sólo por la belleza y perfección de sus fachadas y la riqueza de sus interiores, sino también por su disposición en el tejido urbano con un sentido teatral y de perspectiva, con amplias escalinatas, que potencia su relevancia arquitectónica.

 

Catedral de Noto / foto: RSA

Catedral de Noto / foto: RSA

 

Recorriendo su calle central (Corso Vittorio Emanuelle II) desde la Porta Reale a la Plaza XVI Maggio, el paseante se encuentra con la plaza de la Inmaculada, espacio presidido por la Iglesia de San Francisco y el Monasterio del Salvador, con su monumental torre campanario. Más adelante, la plaza del Municipio, un espacio escenográfico con la Catedral, precedida de una triple escalinata, –renacida su cúpula en 2007, tras haber cedido en 1996–, y el Palacio Ducezio (actual sede del Ayuntamiento).

 

Palacio Nicolaci / foto: RSA

Palacio Nicolaci / foto: RSA

 

A la derecha se encuentra la Via Nicolaci, cerrada, como en un decorado, por la fachada cóncava y las dos torres de la iglesia de Montevergine. Allí está el Palacio Nicolaci (1640), famoso por la decoración de figuras sus balcones (figuras de adolescentes, caballos alados, leones, sirenas) y sus salones de época. Durante el tercer domingo de mayo, la via Nicolaci se cubre de un pintoresco tapiz de flores (l’infiorata), que forman imágenes fantásticas.

 

Fuente de Hércules y la Iglesia de Santo Domingo / foto: RSA

Fuente de Hércules y la Iglesia de Santo Domingo / foto: RSA

 

En la plaza XVI Maggio, se encuentra el Teatro Municipal, con su delicioso interior neoclásico, la Fuente de Hércules y la Iglesia de Santo Domingo, obra maestra de Gagliardi y posiblemente la fachada más hermosa, ejecutada en piedra dorada.

Alojamiento muy céntrico y recomendable brinda “Il Giardino del Barocco”, en la via G. Aurispa, en un palacio nobiliario de fines de siglo XVII, construido por el barón Velona del Prainito, que mantiene su estructura de tres plantas y un acogedor jardín.

Una curiosidad cinéfila: en la película “La aventura”, de Antonioni, Mónica Vitti acude sola a Noto y se aloja en el centro, despertando la curiosidad y admiración de los hombres del pueblo, cuyo aspecto y actitud (está rodada en 1960) desde entonces ha mejorado notablemente.

 

RAGUSA (70.000 habitantes) merece también una visita. Destaca, en particular, su parte más antigua, Ragusa Ibla, agolpado el caserío sobre la ladera. Resulta muy grato recorrer sus callejuelas, jalonadas de edificios espléndidos, palacios y conventos, dispuestas en terrazas a lo largo de un estrecho espolón rocoso, culminado por el Jardín Ibleo, que permite una visión panorámica. Entre sus templos, la catedral de San Giorgio, precedida de 250 escalones; las iglesias del Purgatorio, de San Antonino y de San Jorge Viejo (en la que un altorelieve muestra a San Jorge matando al dragón); y, entre los edificios civiles, el Palacio Donnafugata o Il Circulo di Conversazione, construido en 1850 para cultivar el placer de hablar, testimonio de un mundo que desaparece.

 

Ragusa / foto:RSA

Ragusa / foto:RSA

 

En la serie de películas sobre el Comisario Montalbano, basadas en las novelas de Andrea Camilleri, es fácil identificar Ragusa como el principal escenario de sus andanzas. Vigata, el barrio de Marinella y Montelusa –lugares de ficción—se sitúan en Donnalucata, donde vive, con la playa de Punta Secca, y en Scicli, donde está la Comisaría.

 

CALTAGIRONE, (37.000 habitantes) se conoce como “la ciudad de la cerámica”, por su antiquísima artesanía. Su conjunto urbano se asienta sobre tres colinas, con palacios e iglesias, un cuidado jardín público con construcciones modernistas, y un Museo de la Cerámica, que contiene una amplia colección. El lugar más visitado es la Scala de Santa María del Monte, que, con sus 142 gradas, adornadas con cerámicas distintas en cada escalón, lleva en su cima a Santa María del Monte, antigua catedral de la ciudad.

 

Scala de Santa María del Monte, Caltagirone / foto: RSA

Scala de Santa María del Monte, Caltagirone / foto: RSA

 

Desde la cercana población de Palazzo (a 40 Kms. de Ragusa y 60 Kms. de Noto), puede completarse el viaje con una excursión a MALTA. De allí parten los ferrys que, en un trayecto de hora y media, con confortables salas y butacas y terrazas exteriores, llevan al puerto de La Valetta.