andalán 50 años » II. Des-velando Andalán » 2.2. Contextos

Los precedentes

Es sabido que la idea de hacer una publicación cultural, aragonesista y de izquierdas, surgió en conversaciones paseantes en Teruel, entre Eloy y Labordeta. Y el nombre. Y los primeros colaboradores y apoyos, en su mayoría los amigos de la generación de Labordeta. Pero si se pregunta por los modelos que marcaron esa salida al aire, hay que rastrear un poco más. Y nos encontramos con dos antecedentes extraordinarios. Son la Revista de Aragón (1900-1905) y el Diario de Aragón (1936), que presentaremos por su fuerza inductora para esta nueva publicación. Tomamos literalmente lo que dice la “Historia de la prensa aragonesa” de Fernández Clemente y Forcadell Álvarez.

Entre 1900 Y 1905 aparece la que seguramente ha sido la más importante publicación científica y cultural de nuestra historia contemporánea: la nueva Revista de Aragón, que va a reunir en su entorno a un abanico muy amplio y valioso de colaboradores. Surgida en torno a Eduardo Ibarra (Zaragoza, 1866; Madrid, 1944), catedrático de Historia Universal en la Facultad de Letras y el más destacado e inteligente del grupo, representaba una evidente duplicidad de intereses: «por una parte, los específicamente universitarios -y muy secundariamente regionalistas-, encarnados en Ibarra, Ribera, Gómez Izquierdo y Asín; por otra, los directamente regionalistas, ya fuera en un intento de afianzar la conciencia cultural regional -excursionismo, arte, literatura «baturra»-, ya en el más directo de ejercer la crítica de la vida local desde unos presupuestos manifiestamente regeneracionistas» (José-Carlos Mainer)

 

Portada Revista de Aragón

Portada Revista de Aragón

 

Destacan los reflejos conservadores mayoritarios, su regionalismo muy meditado, su vinculación con el impulso económico de la alta burguesía local, si bien junto a los próceres conservadores (López Allué, BIas y Ubide, Pamplona Escudero, Mariano Baselga, Valenzuela La Rosa, Moneva y Puyol, Severino Aznar) figuran con frecuencia el tipógrafo socialista Isidoro Achón [y el inclasificable Joaquín Costa].

El 14 de febrero de 1936, nacía el Diario de Aragón, “diario republicano de mayor envergadura y capacidad informativa con que cuenta la región durante los años de la II República. Se subtitula como «Unico diario republicano de Zaragoza» y nace para que en Zaragoza haya un diario republicano auténticamente tal, sin relación con empresas ni servidumbre de grupos. Lo dirige Amadeo Antón, ex-director del recién desaparecido La Voz de Aragón. El Diario de Aragón está escrito con gran sentido periodístico, y en él colaboran conocidas firmas aragonesas y nacionales: Antonio Espina, Francisco Ponsa, V. Fernández Asís, Felipe Aláiz , Indalecio Prieto, J. Zugazagoitia, Gabriel Alomar, Lozano, Alcrudo, etc. A su través se puede seguir la insistente campaña pro Estatuto de Aragón, que culmina en el mes de mayo en Caspe, el Congreso Nacional de la CNT de primeros de mayo, la creación del Partido Republicano Aragonés que preside Casimiro Sarría . ..

 

Diario de Aragón, Año I, nº 40, 1936

Diario de Aragón, Año I, nº 40, 1936

 

Su incidencia fue notable en un panorama periodístico dominado por El Heraldo y El Noticiero, desaparecida ya La Voz de Aragón. «En los días que llevamos de publicación, la difusión del periódico ha alcanzado cifras considerables, no logradas por periódico alguno en nuestra región…  El Diario de Aragón no puede defender los privilegios que parece forzoso que haya de defender la prensa zaragozana…, pesa en este momento como nadie en la opinión aragonesa y pronto estará en la necesidad de aumentar su maquinaria» (20 de marzo de 1936) El 18 de julio salió el último número. La tarde de ese mismo día fue cerrado y sus talleres, en Porcell, 1, clausurados. Por el simple procedimiento de la incautación, pocos días después, en agosto, con las mismas máquinas y con los mismos tipos, aparece el diario Amanecer, con el emblema de F.E.T. de las J.O.N.S.

Cuando en 1977 se produjo la importante ruptura en el equipo Andalán, entre quienes querían mantener la revista cultural o desaparecer, y quienes pasaron a realizar un semanario muy periodístico. Esos orígenes estaban ofreciendo explicación.

 

Cabecera del último número de El Ebro

Cabecera del último número de El Ebro