andalán 50 años » II. Des-velando Andalán » 2.10. Andalán en relación a/con:

CHA y Andalán. Esenciales para nuestro país

 “Y yo, sonriente inquilino de ese mundo tan grande,

con la mano en mi nube,

invito a los que lanzan por el viento su sonrisa

de paz hacia el domingo”

Emilio Gastón

 

Aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas, esa es la definición de esencia. Si vinculamos esta palabra a Aragón, nos sirve para calificar lo que es Andalán. Nos ayuda a clarificar los motivos de su nacimiento, cualifica su reconocible y reconocida trayectoria durante estos cincuenta años y, como un broche final propio, también nos permite cuantificar los numerosos motivos para la esperanza, por todo lo que sigue aportando, ahora, con las nuevas tecnologías en las redes sociales.

Su número 1 es del 15 de septiembre de 1972, nació con el nombre en aragonés, de esa zanja abierta para plantar árboles y es en este año cuando se cumplen ya los 50 años de su creación. Eloy Fernández Clemente, su primer director, escribía en la portada de aquel primer ejemplar: “Hay un puñado de gentes apasionadas por los problemas del país (y por sus soluciones), que en Aragón está, seguramente, de modo más o menos consciente o confuso, buscando una palanca y un punto de apoyo. Esperamos servirle para algo, con toda la ilusión, con toda la modestia, con toda la ambición de quien empieza”…

 

 

Y sí, se han cumplido sus expectativas porque ese pequeño grupo inicial, amante de Aragón ha creado escuela, social y política, periodística y cultural, en los soportes tradicionales y en los nuevos. Basta ver como esas palabras de ayer causan  interés,  reflexión y  análisis de jóvenes como Sergio Martínez, de Historia de Aragón, quien también valora esta trayectoria públicamente “e indica la importancia del recorrido de Andalán para tratar de crear cierta conciencia de amor por lo propio, de recuperar la rica y variada cultura aragonesa mucho más allá del tradicional baturrismo en una sociedad que reclamaba cambios”.

Buscaban y buscamos una sociedad más culta para un país más libre, con mirada propia, diferente, organizada para construir el mejor lugar del mundo donde vivir, Aragón. Nos  queda mucho por hacer, sin duda, pero peor, muchísimo peor, lo tuvieron las gentes de Andalán, quienes partieron de las cenizas quemadas y arrasadas por décadas de dictadura, de siglos y siglos de negación de nuestra personalidad, de la identidad aragonesa.

Ahora tenemos más fuerza que nunca en nuestras palabras y manos para opinar, debatir, dialogar y decidir sobre todo lo que queremos y debemos ser. Ya podemos recoger esas ideas de libertad, de justicia social que imprimieron negro sobre blanco para decir que estamos, que somos. Ahora ya es más posible, si queremos,  tener ese país que merecemos tanto como necesitamos. Debemos ser el fruto de la siembra de ese futuro que planteó y cultiva con esmero Andalán y que, con esa reconocible tenacidad aragonesa, todavía mantiene.

 

 

Y en esta línea de pensar,  querer y soñar con ese mejor Aragón que se impulsó y pervive en aquellas y estas gentes, el poema de Emilio Gastón, con el que comenzamos este artículo, habla de la actualidad ante las nuevas pero siempre malditas guerras, recogiendo el sentido universal que han tenido nuestros reconocibles fundadores de esta “casa aragonesista”.

Andalán ha marcado nuestra historia y nuestro devenir. Nuestro homenaje, agradecimiento y recuerdo a quienes hicieron posible, en unas difíciles circunstancias, el nacimiento de nuestro periódico de referencia, Andalán. Mantener, renovar, cumplir con este legado es una obligación para quienes Aragón es y será nuestro hogar y paisaje.

 

Joaquín Palacín, Presidente de Chunta Aragonesista (CHA)