andalán 50 años » IV. Algunos nombres propios

CONSTANTE CAMPO, Mariano
Capdesaco, 1920-Montpellier, 2010
Uno de los oficiales más jóvenes del ejército republicano español (Miguel Mora, “M. Constante, notario de Mauthausen”, El País, 3-6-2005), hizo la guerra con Sampériz, el maestro de Candasnos, y luchó en la bolsa de Bielsa. Finalizada la guerra civil, marcha para el exilio en el que pasará a combatir en la Línea Maginot. Capturado por los alemanes, se le deporta al campo de Mauthausen en 1941 y allí permanecerá hasta su liberación en 1945. En el mismo lugar de exterminio donde le habían cambiado su nombre por un número, Mariano se reafirma y organiza con otros comunistas españoles una red de resistencia.
Hijo de un maestro de escuela socialista de Riglos (Huesca), a la vuelta de Mauthausen fue condenado a muerte por el Buró Político del PCUS, acusado injustamente de colaborar con los alemanes. Esta condena se vendrá a sumar a las seis penas de muerte que se le impusieron en la España franquista. Tras esta vida de aventuras terribles, Constante se ha dedicado a desenmascarar a falsos héroes y a refutar a los negacionistas, como en su libro Yo fui ordenanza de las SS. En Los años rojos hace gala de su “memoria infalible, humor aragonés y cabeza ordenadísima y precisa”.
El año 2000, Ayerbe, el pueblo donde pasó su infancia, le rindió un homenaje y, dos años después, el Gobierno de Aragón le concedió la Medalla a los Valores Humanos. La revista Andalán en 1978 (27-1-1978) lo califica de “eterno superviviente”. Y así ha sido pues permanece en la memoria de muchos por su ansia de libertad.