andalán 50 años » IV. Algunos nombres propios

PASCUAL RODRIGO, Vicente

Zaragoza, 1955- Utebo 2008

Formó con su hermano Ángel, al inicio de la década de los 70, la denominada «Hermandad Pictórica”, colaboración que duraría hasta 1989. Al comienzo de este periodo es cuando se encargan de diseñar y maquetar los primeros números de Andalán. Desde entonces, mantuvo una buena amistad con varios de los fundadores de la revista. Como curiosidad, Vicente se casaría con Ana Marquina, hija de Luis Marquina quien formó parte de la Junta de Fundadores de Andalán.

Vicente vivía entonces en Zaragoza en el estudio que compartía con su hermano Ángel; juntos realizaron numerosas exposiciones durante esos años; al principio pintaban sus obras conjuntamente y a partir de 1975 cada uno trabajó sus propias obras que siguieron firmando como “Hermandad Pictórica” hasta la disolución del equipo. Vicente fue un artista nato, autodidacta y precoz; en 1972, a los 16 años, hizo su primera exposición junto a su hermano Ángel en L’Ainsa, precisamente en la presentación del primer número de Andalán.

En 1975, tras una larga estancia en Oriente, de regreso a España, comienza un nomadeo con su compañera de vida Ana y más tarde con su hija Cira, que le lleva de Rasal a los pies de los Pirineos, a Almagro en La Mancha, a Montmesa y Ontinar en los llanos aragoneses. Esa vivencia en la India y otros países de Asia, le cambiaría la visión del mundo y de la vida, junto con el descubrimiento, poco después, de obras y autores del pensamiento oriental y neoplatónico que influyeron de manera definitiva en su concepto de la práctica creativa.

En 1981 instaló su estudio en Campanet, Mallorca hasta 1992 en que se trasladó a los Estados Unidos (Bloomington, Indiana y posteriormente  Washington, D.C.). A lo largo de los once años que dura su estancia en ese país, su obra es objeto de una paulatina y severa transformación; comienza a explorar los arquetipos universales ocultos en las formas geométricas, inspirándose para ello en la estética medieval primero y en los pueblos nómadas más tarde con gran influencia de los pueblos originarios de Norteamérica. A comienzos de siglo, el vocabulario plástico de Vicente se reduce a formas claras, precisas y simples con la extrema austeridad cromática de la tinta sumi y la quinacridona.

En el año 2003 regresa a España para instalar su estudio en Tarazona y más tarde en Utebo donde además de pintar comenzó a escribir poesía. En palabras del querido Ángel Guinda: “Vicente Pascual, además de pintor inefable, ha sido siempre un poeta secreto, digno y ejemplar. Su obra plástica encierra una atmónfera de lirismo profundo, trascendente. El secretismo de su poesía sólo se vio roto cuando la precariedad física, que no intelectual, le obligó a pintar con la palabra, dejándonos poemas de una sencillez, hondura y espiritualidad exquisitas”.

Su trayectoria profesional ha dado lugar a una extensa bibliografía, multitud de exposiciones y obra en numerosos museos y colecciones públicas. En 2009 se realizó una gran exposición retrospectiva de su obra en el Palacio de Sástago en Zaragoza.

Para más información: www.vicentepascual.org