11/01/2011

En la muerte de Gabriel Cardona

La profesora Luisa Tiago de Oliveira, del Departamento de Historia del ISCTE de Lisboa, nos ha enviado este texto, traducido al castellano por sus amigos de la Asociación para la Memoria Histórica de Extremadura, en el que se evocan las relaciones de la UMD, uno de cuyos fundadores fue Gabriel Cardona y el MFA, el movimiento de los capitanes, que llevó a cabo el 25 abril en Portugal.

Para alguien con su trayectoria, tal vez nuestro mejor homenaje portugués sea evocar la historia de la UMD a partir de sus relaciones con Portugal.

En el verano de 1974, algunos militares antifranquistas fundan la Unión Militar Democrática en un contexto en que muy pocos militares españoles se oponían a un régimen que había tenido en las Fuerzas Armadas un gran sustento.

Estos militares antifranquistas buscan y consiguen contactos con militares del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) que habían acabado con el “Estado Novo” portugués.

En efecto, con el 25 de Abril en Portugal se había iniciado una nueva oleada de revoluciones democráticas en Europa y en el mundo, como han subrayado innumerables historiadores y sociólogos. En los países inmersos en dictaduras, el deseo de cambio y la inspiración “portuguesa”, son reivindicados por los movimientos de la oposición, haciendo manifestaciones donde se piden “portugaladas” como en Grecia, inmersa en la dictadura de los Coroneles, o situaciones en que los militares democráticos son llamados los “portugueses” como en América Latina.

La esperanza, avivada por la revolución portuguesa, fue también uno de los sentimientos que el 25 de Abril desencadenó en sectores de la sociedad española.

En un estado, como el español, en que existía la pena de muerte, además puesta en práctica meses más tarde, cuando militantes nacionalistas vascos son ejecutados a garrote vil, los militares de la Unión Militar Democrática se arriesgaron. Estando presos algunos de sus principales dirigentes en Julio de 1975 y al morir Francisco Franco en Noviembre de ese año, la Unión Militar Democrática vio su trayectoria muy perturbada. Juzgados en consejo de guerra en 1976, los militares presos fueron condenados y apartados de las Fuerzas Armadas españolas durante muchos años, disolviéndose la organización a la que pertenecían en 1977.

La misma existencia de la Unión Militar Democrática, que agruparía alrededor de doscientos militares, independientemente de su fuerza, desconocida para el régimen, rompió la imagen de apoyo unánime de las fuerzas armadas al régimen franquista y así contribuyó a diseminar y legitimar la idea de cambio.

Tal como ocurrió en la Guerra Civil Española, que hoy representa un espacio de lucha por la memoria esencial en la sociedad española después de décadas de silencio, también sobre las luchas y los movimientos antifranquistas solo hace pocos años que se levantó el manto de la negación, del olvido y la desvalorización. Entre estos movimientos está el de esta organización política de militares, completamente olvidados en la época de la Transición, sobre cuya acción se comienza a hablar ahora y cuyos miembros no han sido objeto de rehabilitación en España hasta Febrero pasado.

En Abril del 2009 fue firmado un protocolo de colaboración entre el foro Milicia y Democracia, cuyo objetivo consiste en recuperar y difundir la memoria histórica de la Unión Militar Democrática en el ámbito de la lucha por la democratización en España, con la Asociación 25 de Abril, estrechándose así lazos olvidados pero que se establecieron hace 35 años y que dan testimonio de los diferentes caminos de transición hacia la democracia en los dos estados ibéricos».