06/02/2015

Grandes temas aragoneses

El eterno Luis

Xordica cerró el año con la edición del libro de Luis Alegre Cerca de casa, que recoge una serie de artículos, todos menos cinco publicados en Heraldo de Aragón, en que ejerce y escribe sobre lo que más le gusta en este mundo: sus amigas y amigos. Como suele ocurrir en tiempo de prisas y malas memorias, releerlos supone un nuevo placer y descubrir mil facetas que otrora se escaparon, aunque apenas haga cinco o menos años de su publicación. Hombre de pluma feliz, evoca numerosísimas anécdotas, hace retratos magistrales, y queda él mismo plasmado en muchos casos, pues sus amigos son espejos de su enorme bonhomía, inteligencia, ánimo.

3. 1, Libro de Luis Alegre

Recuerda sus comienzos en el Andalán de papel, a los 22 años. Habla con emoción y sabiduría de sus padres, él muerto hace unos años, ella, Felicitas, un mito para sus amigos. De otros parientes. Del mundo del cine, que tanto le subyuga y tan bien conoce. De Raquel Meller a Buñuel. Historias de Lechago, su pueblo, y Calamocha y Teruel. Mitos como el de Carmen Llera o el Ecce Homo de Borja. O Carlos López Otín.

De fútbol, sobre Belló, Violeta y los Magníficos, y Víctor Muñoz y Miguel Pardeza y Lafita y Zapatero, Jorge Valdano, el árbitro Carlos Sanz y otros. De los viejos cines de Zaragoza. De Agustín Sánchez Vidal. De literatura (Soledad Puértolas). De los grandes ya idos, de Labordeta a Rotellar, Félix Romeo, Javier Tomeo, Mingote.

De otros muchos amigos como Pepe Melero, Mariano Gistáin, Antón Castro, Miguel Mena, David Trueba, Joaquín Carbonell y Joaquín Sabina, Sergio del Molino, Sheila Herrero, Perico Fernández, Eva Amaral, Marianico el Corto, Juan Echanove. Y mil nombres y vidas y sonrisas más (también habla de mí, generosísimo). Un libro divertido, informador de muchas cosas, sugeridor de otras más.

 

María Antonia Martín Zorraquino

Acabando el otoño, se presentó en Letras un libro que recoge y comenta una gavilla de sus principales estudios, colocando tras su nombre tres palabras definitorias del buen trabajo que ha sido toda su vida: Filología, Gramática, Discurso. Según los editores y autores, quisieron “ofrecerle un homenaje que sirviera como reconocimiento público de su labor investigadora y docente, y para decirle lo mucho que la queremos”. Qué hermoso propósito, y qué cuajado resultado.

Mª A. Martín Zorraquino

Mª A. Martín Zorraquino

Un acto emotivo, que presidió con el decano Eliseo Serrano el aún, por pocos días, director de la Real Academia, José Manuel Blecua. El libro ofrece una sintética biografía de la profesora y constata sus más de 125 trabajos científicos. Los artículos escogidos, en buena edición de la IFC, son especializados pero claros, rigurosos pero en ocasiones amenos y llenos de interés. Desde el estudio de la obra de Lázaro Carreter o la de María Moliner, Lapesa, Delibes o Rafael Gastón, a apuntes sobre actitudes lingüísticas en Aragón, o un divertido comentario al Gaudeamus de José María Conget, que cuenta allí su fascinación por la joven compañera (véase la foto, que también viene en el libro, de aquella época). Un homenaje justísimo, a una persona admirable.

 

País y lenguas

Así se titula un libro muy trabajado por Carlos Serrano Lacarra, y editado por Aladrada y el Centro Aragonés de Barcelona, con el subtítulo “La lengua aragonesa en la revista El Ebro (1917-1936). Por fin van siendo estudiadas esas fuentes, apenas conocidas hasta hace cuarenta años, y obteniendo tan ricos materiales como los aquí ofrecidos. Una breve introducción da paso, por asuntos, a los textos, de aquellos ilustres emigrantes, aclarando definitivamente algunos pseudónimos (“Almogávar”, “V. Montes de Arbe”, “Querubín de Larrea” o “El Bedel de la Universidad Sertoriana”) y otras circunstancias. Y dando a conocer sabrosos relatos o un curioso vocabulario, de los José Llampayas, Vicente Tobeña, Mariano García-Colás, Marín Sancho, Gregorio Oliván, Cleto Torrodellas, Domingo Miral, y José Zuzaya, a quien conocí en 1972. En el número 7-8, diciembre de ese año, escribí de él una nota (con foto y una gran cabeza de Costa por él esculpida) en que le califiqué de “grausino medular, poeta, escultor notable, historiador de su Ribagorza, recogedor de datos, frases y pensamientos”. La conexión, vean por dónde, estaba establecida entre aquellos aragonesistas y los de cuarenta años después. Y otros, otros cuarenta más, se recuperan tantos hilos sueltos.

3.4. Libro de Carlos Serrano

 

El Ebro pasa por el aragonesismo

Brenda Reed, pulcra y entusiasta investigadora británica, presentó recientemente su tesis doctoral en la Northumbria University, que ha editado en español la Fundación Gaspar Torrente: “El Ebro en el aragonesismo y el nacionalismo aragonés”. Un tema muy interesante, que cuenta con el valor añadido de una mirada exterior, lejana, capaz de valorar mejor todo ese mundo de las aguas y las ideas. Disciplinada y ordenada, ofrece un glosario y una cronología orientadora, desde los años cuarenta del pasado siglo; esgrime algunos planteamientos teóricos, hace Historia y recurre a los planteamientos tanto del grupo Andalán como del PAR y la CHA, para terminar preguntándose si se ha usado al máximo el potencial simbólico del río. Un acierto la elección del tema, que realizó en 2003 (y desde entonces viajó, leyó cuanto poníamos en sus manos, nos entrevistó a muchos economistas, historiadores, políticos) y el desarrollo. También, que la Fundación Gaspar Torrente acogiera y editara el trabajo. En su presentación, además de varios políticos de CHA y la autora, habló Gustau Alirol, vicepresidente de la Alianza Libre Europea, y lo hizo en un occitano que habíamos oído muy pocas veces y sonaba próximo (al aragonés) y hermoso, por sus viajeas cadencias y su defensa.

3.3. Libro de Brenda Reed