11/10/2015

Temas aragoneses

Otra buena cosecha, tras el verano, como la fruta y las uvas. Una serie de nuevos libros nos alegra la reseña. Son sus autores Vicente Martínez Tejero, Enrique Sarasa y José Luis Simón

 

1, VMT, Cajal

Vaya en primer lugar la salutación y felicitación, al autor y a sus lectores, por la edición del volumen VI de Lumen Apothecariorum, que edita en Iberhome nuestro muy querido amigo Vicente Martínez Tejero, una monografía con muchas claves, sobre Cucalón y Ramón y Cajal. Dice el editor, que reaparece esta curiosísima, rara publicación tras quince años de silencio y luego de haber dedicado estudios al farmacéutico Echeandía, la historia de la Homeopatía, el terapeuta Juan de Vidós y Buñuel, este volumen celebradísimo. En el actual, después de un cercano y emocionado recuerdo a Pedro Christián García Buñuel, se rescata del olvido a Faustino García Asensio en una depurada busca, y se ofrecen algunas interesantes notas sobre Santiago Ramón y Cajal, su padre don Justo y su tesis doctoral, Bruno Solano, Mergeliza y otras curiosidades magníficas. Con García Asensio, Cajal “compartió en Zaragoza Universidad y tertulia de café”, y su variopinto libro, “Cucalón”, se nos reproduce de modo facsimilar. Un gesto de generosidad y altruismo intelectual.

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2, Manuel Sender

Enrique Sarasa es un joven historiador que tiene ya en su haber obras destacadas como las biografías de Sigmund Freud, Isabel I de Inglaterra y Julián Borderas, y un buen estudio sobre El socialismo histórico altoaragonés. El PSOE y la UGT desde sus orígenes hasta los inicios del franquismo. Y publica ahora un cuidado, precioso libro sobre Manuel Sender y el republicanismo oscense (Instituto de Estudios Altoaragoneses), en el que señala sobre el hermano del escritor, que fue alcalde de Huesca, que “quizá por esa posición personal que demuestra que en 1936 no hubo ni dos ni tres, sino muchas Españas, M. Sender se haya visto arrumbado hacia el olvido, pese a los tímidos homenajes que de tanto en tanto le han tributado las autoridades oscenses, las visitas que los fieles al ideario que defendió dedican a sus restos… o la calle que lleva su nombre en la capital altoaragonesa”. Y desgrana, tras intensas averiguaciones, que fue la suya “una vida que transita fugazmente por los paisajes rurales de Alcolea de Cinca, las experiencias de Tauste y las calles de una Zaragoza que ya anticipaba las luchas sociales de principios de la década de 1920”. Entre los políticos, “Manuel Sender acabó siendo uno de los más destacados representantes. Pocos personajes, de hecho, ejemplifican mejor en Huesca lo que fue el veloz auge y caída de esa izquierda que no vinculaba su ideario a la revolución marxista”. Pero no le sirvió de mucho: fue igualmente asesinado por las hordas fascistas, como los Acín y tantos otros.

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3, Teruel por sí mismo

El Colectivo Sollavientos no tiene personalidad jurídica: es una agrupación espontánea, libre y desinteresada de personas preocupadas por la protección del patrimonio natural y cultural, así como por el desarrollo racional y sostenible del “Teruel interior”. Así se definen, y precisan que se refieren, sobre todo, al Maestrazgo y las cuencas altas de los ríos Guadalope, Mijares, Alfambra, Pancrudo y Martín, que en su visión constituye una unidad geográfica, paisajística, cultural y humana. Un territorio duro, pero muy hermoso. Víctima de cambios estructurales que le han ido marginando (comunicaciones, recursos mineros y problemas medioambientales, despoblación, incendios forestales, y otros); lleno de problemas, pero siempre también de gentes luchadoras y esperanzadas. Acaban de publicar, bajo el título Teruel por sí mismo, un precioso libro que recoge sus escritos entre 2007 y 2014. Me permito tomar algún párrafo del prólogo que me pidió su mentor y antiguo alumno mío hace casi medio siglo, el geólogo José Luis Simón, colaborador de estas páginas de andalan. En el que digo que han tenido un cierto éxito, ya que fijaban su meta y estaba su fuerza en conectar con grupos sectoriales o locales, plataformas, colectivos turolenses que se sienten cómodos al conectar y llevar a cabo a veces campañas y tareas comunes. Especialmente, promoviendo la idea del paisaje como identidad y el paisanaje como centro de acción y recepción de todas esas iniciativas. Porque no se lucha sólo por las montañas y los valles, sino al servicio de las gentes: desarrollo y estética, orgullo y satisfacciones.