Chopin, un genio del piano: se cumplen 200 años de su nacimiento
Frédéric Chopin nació el 1 de marzo de 1810 en una pequeña localidad cercana a Varsovia. En su corta vida (falleció a los 39 años) compuso obras para el piano que revolucionaron las posibilidades de este instrumento musical y calan en la sensibilidad de quienes las oyen.
A los ocho años ofreció su primer concierto público en Varsovia, ciudad que abandona al año siguiente, sin que vuelva a pisar tierra polaca, aunque conserve siempre su amor por su patria de origen. Su vida transcurre sobre todo en Paris, pero también en Viena, Londres y otras capitales europeas. Se relaciona con la aristocracia, es profesor particular, cuenta entre sus amigos con Liszt y Schumann, da conciertos de éxito. Pero en 1835, a los 25 años, tendrá los primeros síntomas de tuberculosis, que irán agravándose a lo largo de los años. Precisamente para mejorar su salud viaja en 1838, con su amante George Sand, a Mallorca y se aloja en la Cartuja de Valldemossa, donde se alquilan celdas; Sand describirá esta estancia en su obra “Un invierno en Mallorca”. Muere en París el 17 de octubre de 1849. Sus funerales se celebran en La Madeleine y recibe sepultura en el cementerio Pére Lachaise, al lado de su admirado Vicenzo Bellini y de Cherubini. Su tumba representa una musa que llora y una lira rota. También en el Parque Monceau se le rinde homenaje.
Heine lo denominó “el músico-poeta”; Schumann se refirió a su estilo inconfundible, señalando que sus obras siempre se reconocen; también se ha dicho que revolucionó el piano y que es único entre los pianistas. Lo cierto es que Chopin abre un nuevo mundo expresivo. La técnica del piano, además de medio para expresar ideas musicales, se convierte en recurso estético: técnica y lenguaje musical se funden sobre el teclado. Sus colecciones de piezas breves (nocturnos, mazurcas, preludios, valses, polonesas, baladas, impromptus, estudios), sus sonatas, los scherzos, los conciertos saben llegar al oyente con sus temas de bellas melodías, transmitidos entre el virtuosismo y la delicadeza de la ornamentación. Es raro el pianista de fama que no ha interpretado a Chopin y un sinfín de discos recogen las interpretaciones de sus obras. Destacan las de Arturo Rubinstein, Maurizio Pollini, Krystian Zimerman, Claudio Arrau, Vladimir Horowitz, Sviatoslav Richter, Ivo Pogorelich, Maria Joao Pires o Martha Argerich. El bicentenario del nacimiento del músico se está conmemorando en todo el mundo con numerosos conciertos de sus obras. En los espléndidos ciclos del Auditorio de Zaragoza hemos tenido ocasión de escuchar en enero su primer Concierto para piano a Horacio Gutiérrez, acompañado por la Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo, y en febrero el pianista Leif Ove Andsnes, uno de los mejores, ha interpretado baladas, valses y nocturnos. Es un buen comienzo para unirnos a esa celebración.