Las repercusiones del desastre de Annual en 1921 en Híjar
Después de 1898 la acción colonial española quedó reducida a África y en ella nuestra presencia cada vez fue menor y poco remuneradora. En la Conferencia de Algeciras se nos concedió un protectorado sobre Marruecos, reducido a unos 45.000 km2, ya que la mayor parte fue para Francia. Para España la penetración en Marruecos tuvo un carácter de tipo estratégico, y fue una manera de compensar las pérdidas del año 1898, haciéndonos creer que todavía éramos una potencia colonial, y que podía servir para que hicieran carrera los militares.
Esta guerra en Marruecos fue siempre muy impopular. La población se opuso a ella ya que los reclutas hasta una fecha avanzada pertenecían a las clases humildes, como pudo comprobarse en la Semana Trágica de Barcelona de 1909. Además la penetración en nuestra zona de influencia fue difícil, sobre todo en la región del Rif, habitada por bereberes, donde estaba el famoso líder nacionalista Abd-el-Krim. Entre 1919 y 1921 el general Silvestre duplicó el territorio controlado por los españoles en torno a Melilla con el beneplácito de sus superiores, pero en su afán de alcanzar una victoria definitiva le llevó a cometer una gran imprudencia. Su exceso de agresividad provocó la reacción de los rifeños, que el 22 de julio de 1921 produjo el desastre de Annual. El ejército del general Silvestre no sólo perdió a su jefe sino también a más de 10.000 hombres. Un auténtico desastre, que tuvo enormes repercusiones a nivel nacional, tanto en el orden político como en el militar. Yo hablaré de las repercusiones en Híjar.
En “El Noticiero” de 23 de septiembre de 1921, apareció la siguiente noticia de Híjar:
“El alcalde de Híjar, don Joaquín Bernad, ha publicado una alocución en la que, tras dar cuenta de las tristes circunstancias porque atraviesa la Patría, dice:
Por ello el Ayuntamiento y Junta de Festejos, entendiendo que no era momento adecuado para fiestas éste, en que, además de las razones expuestas, probablemente habrá de caracterizar el período álgido de nuestras operaciones militares, han acordado suspender la celebración de toda clase de festejos de carácter popular, destinando las cantidades para ellos presupuestadas, otras que habrán de recaudarse por distintos conceptos, y las demás que fueran precisas, para aliviar la suerte de los soldados vecinos de Híjar, estableciendo de primer momento tres estancias para heridos o enfermos, dotándolas de todo lo necesario, sin perjuicio de ampliar más los auxilios, remitiendo incluso a suelo africano ofrendas y dinero, que, a par que mejoren la situación de nuestros soldados, lleven a su espíritu la impresión del recuerdo de los suyos y les sirva de grato consuelo la convicción de que la Villa no les olvida y que tiene puestos en ellos su confianza, su entusiasmo y su cariño, y que por su bienestar y feliz regreso, todos los convecinos hemos de hacer y haremos fervientes y sinceros votos. Al obrar así, el Ayuntamiento y la Junta de Festejos han estado ciertos de interpretar no sólo el sentir general de los hijaranos, sino que tienen la convicción también de que tales acuerdos habrán de considerarse por todos, dignos de nuestros soldados y dignos de nosotros mismos.
La alocución termina así:
Ante estas razones, habrán de celebrarse tan sólo las fiestas religiosas, cuyo programa se detalla a continuación y las tradicionales e importantes ferias de ganados, con amplio concurso de premios, que la Asociación General de Ganaderos del Reino y Ayuntamiento de Híjar conceden para este objeto, cuyas condiciones se conocerán por programas especiales”.
La iniciativa del Alcalde y Junta de Festejos, mereció el aplauso y el beneplácito de la prensa regional, ya que el día 25 de septiembre, apareció una editorial en la primera página de “El Noticiero”, firmada por un “aragonés”, con el título “Un Alcalde sensato”,en la que se congratulaba de la iniciativa de Bernad y que debía ser imitada por otros Ayuntamientos, en unos momentos tan dramáticos para nuestra Patria.
En “El Noticiero” de 20 de diciembre de 1921, volvió a reflejar el tema de la siguiente manera:
“Se ha hecho una reunión de caballeros y señoras, convocada por el Alcalde, para dedicar un recuerdo a los soldados hijos de esta Villa en el Riff, deseando que coincida este recuerdo con la Navidad.
Se hizo una suscripción que encabezó la Junta de Festejos con 1.000 pesetas, y cuyo producto total, con el de colecta pública que hicieron las señoritas del pueblo, acompañada de una bien organizada rondalla, asciende a un total de 3.000 pesetas. Con ellas se ha pensado enviar a cada uno de los 30 soldados de Híjar que hay en África, una colchoneta impermeable y ligera que puedan usar en campaña; unos pares de calcetines y alguna prenda interior, un cajoncito con vituallas, compuesto de salchichón, turrones, etc; y una pequeña cantidad en metálico.
Como entre los soldados combatientes había tres , cuyo paradero se ignora, se entregará a sus familiares el equivalente en metálico, para que ellos dispongan.
Al capellán castrense M. Joaquín Monzón y al oficial, Sr. Esponera, que también se encuentra en el ejército de operaciones la Comisión les hará un delicado obsequio.”