11/09/2018

Historias en la Historia.

Más allá de su intervención en la batalla de las Navas de Tolosa (Jaén), dónde los cristianos derrotaron al ejército musulmán dirigido por el califa almohade Muhammad An-Nasir «Miramamolín», la figura del rey Sancho VII, el Grande (1160-1234), bien estudiada por los historiadores y expertos en la Edad Media, no puede entenderse sin Tudela, la ciudad más importante del Reino de Navarra, en un periodo de la historia difícil para este reinado, siglos XII y XIII, dónde el monarca, tuvo que hacer frente a varias vicisitudes cómo los constantes enfrentamientos por el control de Navarra, por parte de los reinos vecinos de Castilla y Aragón, en un momento clave para la construcción de la nueva  catedral y de  la famosa Puerta del Juicio. Desde la publicación de la novela  La Puerta Pintada, thriller ambientado en la Tudela  de la Guerra Civil y de la posguerra, no habíamos vuelto a encontrar en la novelas de Carlos Aurensanz esta obra de arte del románico medieval, y es que, la construcción de  este acceso principal a la nueva  Catedral de Tudela, coincide con el reinado que estamos hablando, y es una de las   tramas principales de su nueva novela El rey Tahúr.

La novela abarca cuarenta y seis años en la vida, de varios de sus protagonistas,  desde 1188 hasta 1234, ambientada era vida cotidiana, en la convivencia de las tres culturas que coincidían en aquel momento en la ciudad de Tudela.  Un narrador en tercera persona  nos acercará a las tramas entrelazadas entre estos personajes, y los históricos reales. Su principal protagonista es Nicolás, un joven aprendiz de cantero de origen borgoñón, su historia, y la de su familia, se irán  desarrollando con altibajos,  toda una vida llena de trabajo duro, de alegrías y de tristezas. El aprendizaje de Nicolás como cantero primero y más tarde  como tallador, le llevarán a trabajar en la demolición de la antigua mezquita, para construir los nuevos edificios de la iglesia católica, recordemos que el gótico empieza a despuntar en Europa, y nuevas catedrales empiezan a erguirse orgullosas  en las poblaciones de la Rivera del Ebro. Durante las labores de descombro del antiguo edifico religioso, Nicolás, se encuentra con “un documento, un pergamino  que, en caso de ver la luz, podría poner en riesgo  la lucha que durante siglos han mantenido contra los infieles en este solar cristiano, católico y siempre fiel al Papa de Roma”, que se convertirá en el eje principal  de casi toda la novela.

Con rigor histórico, y una laboriosa  tarea de documentación el autor, en esta novela, encaja elementos construidos en torno a la vida cotidiana, y las leyes que regían a sus ciudadanos. El poder real,  la vida en los monasterios, las órdenes militares, las pasiones sometidas de los hombres, el funcionamiento de los gremios, la tradición de  las marcas de cantero–“Puso  la mano sobre ellas, y trató de imaginar cuánto tiempo permanecerán allí, y los rostros de quienes pondrían sus ojos en ellas cuando ni él  ni sus hijos ni sus nietos pisaran ya aquel solar”- se permite reflexionar en un momento determinado el protagonista de la novela-. Se pueden comprender los tremendos saltos temporales de varios años en cada capítulo, para ajustarse al paso de los hechos históricos a lo largo del tiempo, sin embargo, la gran experiencia del autor, no ha conseguido que las vicisitudes y los avatares que sufre  Nicolás, a lo largo de esta novela, hayan llegado a emocionarnos. En cambio, la figura del rey Sancho VII,  con sus virtudes y sus defectos, lo convierten en un personaje fascinante, y a la vez real.

Carlos Aurensaz. El rey Tahúr. Ediciones B. Barcelona, 2018. 835pgs