11/03/2019

La sociedad frente al poder*

Nuestro compañero Eloy Fernández Clemente publicó en Heraldo de Aragón esta reseña, que, según nuestra costumbre, reproducimos aquí posteriormente. Y, para información de nuestros lectores, añadimos una breve lista, resumen de la muy larga ofrecida en el libro, de personas que visitaron más o menos tiempo la cárcel de Torrero.

Un profesor e historiador prestigiado que estudia nuestra historia política, social y económica contemporánea y mantiene un decidido compromiso político, es rara avis en nuestro mundo académico y cultural. Experto en las luchas contra el franquismo y su largo final (firmó con él un libro Nicolás Sartorius), acomete en este un paso gigantesco para la historia de la capital aragonesa.

Sabio no engaña: su amplio estudio (ceñido a veces a documentos y entrevistas) sobre “la cultura política socialista y la reconstrucción del PSOE en Aragón”, no traza un panorama general de la oposición al franquismo, porque falta, aunque aparezca de vez en cuando, el que reconoce fue principal partido de esa lucha: el comunista, con todas sus grandezas y miserias. No creo haya la malévola intención de Jaiver Tusell, que los excluyó de la oposición “democrática”… pero incluirlo daría la visión completa.

Es su estudio un esfuerzo por sacar de silencios, olvidos, papeles destruídos, luchas intestinas, al PSOE aragonés desde una clandestinidad estéril (al fondo, en el exilio, el discutido Arsenio Gimeno), los tímidos rebrotes de los sesenta, la reorganización oficializada con fuerte incidencia social, las “fusiones e infusiones” del socialismo aragonés, el frenazo autonomista y el triunfo a comienzos de los 80. Justicia con Pascual Marco.

Es un relato que se lee con avidez, que no olvida nada, pero apenas sugiere lo más delicado a buen entendedor. Mucho más suelto, dominando por completo el tablero, es su resumen sobre el lápiz rojo de la censura a los cantautores en 1972-1977, lleno de datos, anécdotas, reflexiones, concluyendo que, sobre todos los demás, se alzó Labordeta “un icono de Aragón… un gran símbolo popular del Aragón reinventado en la década de 1970, cuando hablar, escribir y cantar con sentido crítico iba a traerle tantos problemas como admiración y aceptación ciudadana”.

Y cede a diversos colaboradores magníficas monografías (M. José Esteban Zuriaga sobre los “nuevos curas”; Sergio Calvo Romero sobre la movilización estudiantil; Alejandro Orduna Izquierdo sobre el MCA –Movimiento Comunista en Aragón-), quedándose la parte del león, introductoria, el tan atractivo tratamiento de la censura a Labordeta y demás cantautores, y la explicación del citado censo de presos políticos en Torrero. Todavía más compañeros: la politóloga Cristina Monge, que en breve prólogo señala cómo la Transición “no pudo, no supo o no quiso leer el pasado. Posiblemente entonces no era posible” y “han hecho falta cuatro décadas para que conozcamos de esa Zaragoza de represión, censura y cladestinidad”: harán falta más para terminar de recuperar la memoria histórica. Joaquín Carbonell aporta su visión personal de “aquella mostrenca censura” a docenas de canciones.

Al final ofrece ordenadas y comentadas las fichas obtenidas en los archivos policiales de las dos décadas finales de la dictadura (bien distinta en éstas), afortunadamente conservados y facilitados por un recto delegado del Gobierno; es una parte sustancial del contenido global. Ha intentado construir ese censo de presos desde el rigor académico, “aunque tiene también unos indudables ecos morales”. La lectura, apasionada y emocionante, recorre nombres conocidos, que fueron o han sido luego historia de la política, la cultura, la sociedad zaragozana. Y docenas de estudiantes y obreros desconocidos y sin monumento. Están, junto a los curas, los miembros del MCA, los líderes políticos y sindicales (junto a PCE y CCOO algunos socialistas), los defensores y jueces, los relatos escalofriantes de torturas y amenazas policiales. He hecho lista, pero aparte el magro espacio, mejor dejar que cada cual consulte esas páginas llenas de soledades y miedos. Quizá algunos prefieran seguir anónimos.

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Entre otros muchos refridos en el libro, encontramos algunos que destacaron en la vida política y social, sindical, cultural, económica: los sacerdotes Julio Calvo, Porfirio Pascual, Wirberto Delso y todos los del “caso Fabara”, los jesuitas del Picarral (Anoro, Acha, Marcellán), estudiantes, obreros, políticos y sindicalistas como Antonio Rosel, Manolo Gil, Miguel Galindo, Ramón Górriz, Fidel Ibáñez, Floreal Torguet, David Ubico, Luis Subirón, Luis Martínez, Violeta Ibáñez, Rafael Casas, J.L. Castro Polo, Jesús Membrado, Elías Cebrián, Manuel y Javier Delgado Echeverría, Ángel Ortego, Antonio y Paloma Reblet, o gente de la cutura como Eliseo Bayo, Jesús de la Hoya, Toño Ara, María José Moreno, Carmen Malo, Luis Felipe Alegre, Gonzalo Salvanés, Pachi Asín, Javier Jiménez Zorzo, Leandro Martínez, Úrsula Roy, y el propio firmante, Eloy Fernández Clemente.

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*El coste de la libertad. Presos políticos, represión y censura en Zaragoza (1958-1977). Alberto Sabio Alcutén (coord.) Editorial Doce Robles. Zaragoza, 282 págs.