Libros y revistas

Las últimas semanas del año han ido aportando interesantes novedades en libros aragoneses, de los que damos breve noticia. Comienza bien 2020 que esperamos y deseamos a nuestros lectores sea mejor que el que se va.

Queremos que la primera sea, como sencillo homenaje, hacia la persona y la obra del catedrático de Filosofía de nuestra Universidad, no ha mucho jubilado: José Luis Rodríguez García. Un viejo y muy querido amigo de Andalán, donde tuvo participación decisiva en los setenta, sobre todo. Discretísimo, laborioso hasta la enfermedad (ha sufrido varios embates), penetrante en la idea y la palabra. Junto a sus estudios sobre grandes pensadores (Descartes a Cioran, Fichte, Marx, Sartre; Hölderlin, Artaud…) ha dedicado tiempo a escribir novelas, relatos, discursos. Incansable. Un gozo lector, de gran utilidad para quienes quieren cuestionarse las grandes preguntas. Tras una larga marcha, una magistral antología –La residencia y otros relatos– (PUZ) recoge sus principales textos, que encabeza uno primero, nuevo, que presenta a Pérez, uno de esos policías mágicos en su abandono (desde Vázquez Montalbán y González Ledesma, los mejores). Hay cuentos brevísimos a lo Monterroso, e historias inolvidables como “Adiós, Buonarotti” sobre los mitos de un viejo diletante maestro de jóvenes inquietos; o “Grândola, vila morena”, sobre los claveles marchitos del Portugal revolucionario. Todos, en fin, evocan con frases largas entrelazadas, reflexiones que cabalgan sobre descripciones de noches sombrías, frío, desesperanza… “!Qué más da!”. Un mundo desaparecido, la Zaragoza inequívoca de los 60 y 70 hacia acá, que cuantos nacieron en las primeras décadas de posguerra identificarán con emoción. Casi coincidiendo con esta publicación, realizó Rodríguez en noviembre una preciosa exposición de sus pinturas, “Deambulando y sombras” en la Biblioteca de Aragón. Otra de sus facetas menos conocidas, que también merecería atención y estudio.

 

 

Muchas noticias hay también del mundo turolense, cada vez más vivo. Vaya en primer lugar, porque Teruel se ha convertido en la provincia líder del tema, el magnífico libro de Fernando Collantes y Vicente Pinilla: “¿Lugares que no importan? La despoblación de la España rural desde 1900 hasta el presente. 15ª monografía de Historia rural publicada por la Sociedad Española de Historia Agraria. En el área de Historia económica de nuestra Universidad, o sus proximidades se lleva mucho tiempo trabajando muy bien sobre estos asuntos. Cerca está Luis Antonio Sáez, director de una cátedra especializada, la callada y eficaz tarea del CEDAR, etc.

 

 

Al estupendo libro de José Antonio Val “Juan José Gárate. Tiempo y memoria” (PUZ) se suma el no menos interesante de José Serafín Aldecoa “Prensa histórica contemporánea en la provincia de Teruel: del Boletín Oficial de Teruel (1834) al Diario de Teruel (1981)” (IET) del que, se nos dice, “nunca se había realizado un estudio de toda  la prensa de la provincia de la época contemporánea. Primero se abordan las características  (financiación, contenidos…) y después una aproximación a la historia a la historia de la prensa (republicana, conservadora…), incluyendo los periodos históricos y la prensa profesional. Una tercera parte es la descripción de más de 200 cabeceras, muchas desaparecidas, editadas en los dos focos de producción, Teruel y Alcañiz, junto con otros menores. A continuación, se dedica un apartado a los periodistas, impresores y tipográficas y su relación con la prensa, tema apenas tratado excepto por Antonio Peiró.

 

Añadamos la próxima edición en catalán de “Nits del Matarranya” de Francisco Javier Aguirre González (tiempo habrá de hablar de ello), y la nueva hornada de las excelentes Turia (con un soberbio Cartapacio dedicado al gran poeta polaco Zbigniew Herbert), Turolenses, Revista de Andorra (con un amplio, casi exhaustivo estudio sobre nuestro amigo el fallecido Gonzalo Borrás, por Javier Alquézar) y otras de su Centro de Estudios. También hay noticias del Instituto de Estudios Altoaragoneses, donde se ha jubilado Pilar Alcalde como secretaria general, tras décadas de eficacísima, generosa, siempre amable tarea: Gracias, y mucha salud, querida amiga. Allí acaba de publicar Esas montañas azules, Marta Armingol, autora ya de otros relatos y de la novela Los días blancos (2018). La Institución Fernando el Católico edita un estudio de Arturo Ansón y Javier Martínez Molina sobre Ventura Rodríguez y el Coreto del Pilar (1750-1792). La integración de las artes en un proyecto singular, y anuncia un libro que esperamos con ansia: Roque Alberto Faci (1684-1774), Una biografía cultural en el Aragón del XVIII, de Cristina Gimeno Maldonado. Vinculadas a la anterior, citemos las ediciones del gran bibliófilo y mecenas Alfonso Fernández, que estas navidades ha publicado facsímiles de tres novenas: las zaragozanas de 1753 y 1768 a la Magdalena y Santa Ana, y la oscense a san Pascual Bailón, impresa por Joseph Diego Larumbe.

La nueva directora de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz, María Jesús Luna Serreta, presenta así el libro que editan con Mira, Ascenso del nuevo espacio indo-pacífico: “La mirada de la comunidad internacional se dirige con esperanza y también con tempor hacia Oriente cuando parece muy desgastado el protagonismo de grandes potencias… Junto al auge de China se ha configurado un escenario geoestratégico nuevo en el que el Pacífico y el ïndico definen una región de enormes capacidades en un tiempo a nuestros ojos incierto”. Por ello se proponen profundizar el estudio por prestigiosos especialistas, sobre, además, Japón, las Coreas, India y el sudeste asiático, amén del proyecto exterior de España y la presencia asiática en nuestro país. Un trabajo encomiable e interesantísimo.

 

Asombro y curiosidad se aúnan ante el proyecto de Javier Hernán (decano de Periodismo en la U. San Jorge) y Agustín Serra: Plot 28, la novela y su universo transmedia, basada en la Exposición Internacional de Zaragoza 2008: en la antesala de la Gran Crisis, el evento que va a encandilar a una ciudad de provincias hunde sus cimientos en las turbias aguas de la corrupción. El último hortelano que aún cultivaba la parcela 28 (plot en inglés), en el futuro solar de la Expo, aparece muerto en extrañas circunstancias. Políticos, intelectuales, periodistas… y una especie de hermandad que, desde la utopía, todavía cree tener opciones para oponerse al poder que vislumbran. Pero el Poder (con mayúsculas) es ya intangible y global. Esa lucha desigual conforma la trama de una historia que es más que una novela, pues forma parte del universo Plot 28, una creación transmedia pionera en lengua española donde los límites entre la realidad y la ficción se diluyen definitivamente”. Una historia protagonizada por la ciberperiodista Joana T. Silveira que, con su amigo Jaime Miñana, el autor en la sombra, nos proponen un peculiar juego de metaficción donde la realidad y la ficción se llegan a confundir. Este formato Ficción Total, nos dice Javier, ha sido reconocido en el ámbito académico, y ha producido ya una amplia literatura científica sobre su condición pionera en el transmedia en lengua hispana. Divertido y enigmático texto.

 

El catedrático aragonés de Arte Miguel Cortés Arrese, en la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, sigue publicando a un ritmo asombroso sus estudios sobre Bizancio, Rusia, Egipto y el próximo Oriente. Nos llega ahora Ciudades de las Mil y una Noches (Nausicaä), que dedica a quien fuera su maestro y amigo, Gonzalo M. Borrás Gualis. El libro, documentadísimo y de lectura grata, es una historia de los grandes viajes y viajeros: “peregrinos, mercaderes, diplomáticos, científicos, exploradores, hombres de letras y gentes de la más variada condición”, viajaron y lo contaron: desde los medievales Ibn Battuta a Marco Polo, los portugueses Mendes Pinto o Pedro Teixeira, el legendario aragonés Pedro Cubero, otros españoles como Alí Bey, González de Clavijo, García de Silva, Ordóñez de Ceballos, Juan Valera, J. Alcalá Galiano y Pedro A. Alarcón, hasta los ingleses Robert Byron, Sir Richard Burton, Lewis Carroll, los franceses Lamartine, Chateaubriand, Gautier, el italiano Amicis, los norteamericanos Mark Twain o John Dos Passos, la suiza Schwarzenbach, los rusos Pushkin y Chéjov, o ya nuestro tiempo el español Adolfo Rivadeneyra, el chileno Pablo Neruda, Como enuncia la prologuista, Lily Litvak, de la Universidad de Texas en Austin, “las crónicas de viaje nos levan a visitar ciudades, mezquitas y palacioes, caravansares, monumentos y ruinas. Todo tiene gran importancia y los viajeros no dejan de notar también la presencia de ríos, puertos, montañas, oasis y el severo esplendor del desierto”. Rutas que se cruzan y son comparadas, nombres de esas Mil y una noches que enamoraron a Borges, El Cairo y Alejandría, Constantinopla, los Santos Lugares, Damasco y Bagdad, Isfahán y Teherán, Trebisonda, Persépolis, Tabriz, Samarkanda y la ruta de la seda, que evocan mundos desaparecidos. Un libro delicioso, abigarrado de descripciones e historias, sobre mundos poco integrados en nuestra tradicional historia.

 

Claro, tras leer ese álbum (por cierto con muchos hermosos grabados), uno regresa a lo cotidiano, la España clásica y eterna, con todas sus bellezas caseras. Lo hago con el libro de un viejo amigo, José Luis de Arce, que evoca medio siglo en Viajes por España. Viajando con Rafaela (La Fragua del Trovador), porque ella fue todo ese tiempo su esposa y compañera, hasta su muerte hace muy poco. Como hicieran desde Delibes a Savater, algunos escritores resuelven su pérdida y su pena evocando esas vidas juntos, cuando ella desaparece. Arce, empresario y financiero muy activo, político temprano en la Transición (en aquella UCD que fue y debió seguir siendo una derecha civilizada, amable, culta), ha tenido siempre vocación de escritor y conocimientos para hacerlo: datos e ideas. Por eso este libro, en el que refleja una visión del viaje como placer perfectamente burgués (excelentes paradores y hoteles, buenos restaurantes, calma visitadora de monumentos y amigos), ofrece una lectura amena, instructiva, con leves consejos y amables sugerencias.