Una aventura equinoccial (II)

Alvin, Chapulín y Marcela
En la primera entrega nos complacíamos en la singularidad de la Amazonía y sus gentes, y nos quedamos con la propuesta de salvar el Yasuní como seña de protección de la biodiversidad y de las comunidades indígenas, que ahora parecen concitar los odios de todos los villanos: paramilitares, traficantes de droga, deforestadores, petroleras, etc. Cuando todo esto se junta, comienza el exterminio de los aborígenes.
LA INICIATIVA YASUNÍ-ITT (Ishpingo, Tambococha, Tiputini)
Desde su creación en1979, el Parque Nacional deviene como símbolo de vida y lucha por la permanencia del medio natural, ahora intensificado con la nueva Administración ecuatoriana
El apoyo más firme viene soportado por el deseo de pasar de una economía extractiva a una economía renovable, después de constatar que en 40 años de explotación deficiente del crudo, el Ecuador tampoco se ha desarrollado. Desde 1972 se habrán extraído millones de barriles de petroleo, cuyo valor alcanza los 90.000 millones de dólares, y el país sigue estancado.
Pasar a una economía post petrolera puede ser duro dada la estructura productiva del Ecuador actual, cuyo 23% del PIB proviene del petróleo, y que nutre el 64% de las exportaciones y el 47% del presupuesto general del Estado.
En síntesis, la iniciativa ambiental Yasuní-ITT pretende no explotar un yacimiento de petróleo para evitar la contaminación, a cambio de una compensación económica internacional. Es dejar sin explotar 846 millones de barriles de petróleo en el subsuelo, a cambio de que la comunidad internacional aporte la mitad de los ingresos que el país recibiría por la explotación de esa reserva.
En mi opinión, la premisa más endeble de la iniciativa Yasuní-ITT es confiar en la ecología de mercado, al suponer que los mecanismos de compensación del CO2 funcionen para la Amazonía.
LOS ENEMIGOS DE LA INICIATIVA
En primer lugar, la política de reducir la dependencia energética USA de los países árabes, que lleva a la apertura de las aguas del Atlántico y Alaska a la extracción de petróleo y gas natural, atendiendo una de las principales demandas de la candidatura republicana con el lema “drill, baby, drill” (perfora, chico, perfora). Es la nueva cruzada de extracción de crudo que arrastra a todos los países, consolidando alianzas para alcanzar mayor soberanía energética. China , Venezuela, Rusia, Brasil, USA…y el propio Ecuador que empezó entregando crudo por derivados, y está firmando acuerdos a largo plazo, sin tener en cuenta que el sistema económico puede cambiar a corto plazo.
También, los previsibles cambios de orientación en el propio Gobierno actual, respecto al Yasuní. Ya se han ocasionado sustituciones notorias en los ministerios que apadrinan la Iniciativa. El problema ahora reside en la existencia de un posible plan B del Gobierno para extraer crudo, y en concreto en el bloque 16. Es previsible que el reparto entre Cias. ya sea firme a través de Petroamazonas, que podrá rentabilizar el trazado de un oleoducto de crudo pesado conectando la Refinería del Pacífico.
Previsiblemente, el planteamiento final será de corte marxista, de pura dialéctica materialista, es decir, de dinero. Ni el Gobierno ni Repsol van a soltar la pieza. El primero, porque estará sometido a todas las presiones, y como decía aquel general mejicano, no hay quien soporte un cañonazo de 50.000 pesos. El segundo –Repsol- seguirá ganado voluntades, comprando dictámenes de científicos mercenarios, hasta que la cosa cambie. La mordida es demasiado fuerte.
EL FUTURO QUE VIENE
No puedo terminar esta crónica sin mencionar a Alvin, representante de las comunidades de base, que nos acompañó en un “toxitour” y nos mostró sus conocimientos pragmáticos sobre las consecuencias de los derrames de petróleo. Significa el presente, para mantener viva la lucha por el Yasuní
El futuro lo veo en Chapulin y su hermana Marcela. El niño-guerrero, hereu de la raza Waorani, atravesará un día con su lanza todos los papelotes y expedientes retóricos que ya nadie se cree, y salvará el Yasuní.