El patrimonio de los chopos cabeceros y el proyecto de Parque Cultural para el Alto Alfambra

Chopos cabeceros de Aguilar de Alfambra

Recogiendo el guante lanzado por Gonzalo Borrás, queremos llamar la atención sobre una iniciativa lanzada por la Plataforma Aguilar Natural para dotar de la protección adecuada al patrimonio de los chopos cabeceros del sur de Aragón.

El preámbulo de la Ley de Patrimonio Cultural Aragonés (LPCA) define a éste como el “conjunto de elementos naturales o culturales, materiales o inmateriales, tanto heredados de nuestros antepasados como creados en el presente, en el cual los aragoneses reconocen sus señas de identidad, y que ha de ser conservado, conocido y transmitido a las generaciones venideras, acrecentándolo”. El concepto “patrimonio cultural” es amplio y confuso, como lo es también el propio concepto de cultura.

El artículo dos de la LPCA refleja esta amplitud conceptual, indicando que dicho patrimonio lo integran los “bienes materiales e inmateriales relacionados con la historia y la cultura de Aragón que presenten interés antropológico, antrópico, histórico, artístico, arquitectónico, mobiliario, arqueológico, paleontológico, etnológico, científico, lingüístico, documental, cinematográfico, bibliográfico o técnico”. Esta diversidad en un solo término puede resultar algo confusa, pero es de agradecer la intención del legislador de que ninguna posible manifestación cultural de interés pueda escapar a la protección que merece, aunque la voluntad política es más crucial que una definición y esta Ley sigue pendiente del desarrollo legislativo necesario.

¿Qué tipo de patrimonio constituyen los chopos cabeceros que pueblan nuestra Cordillera Ibérica? Podríamos adscribirlo a más de un concepto basándonos en los estudios sobre este árbol de Chabier de Jaime y Fernando Herrero[1]. En primer lugar constituyen un magnífico patrimonio natural, por sí mismos y por el ecosistema que sustentan a su alrededor. Pero también podemos considerarlo un bien cultural muy importante desde varios puntos de vista.

En primer lugar es un patrimonio producto de la acción antrópica: bosques adehesados de ribera formados por la intervención histórica del hombre sobre el medio. Es también una riqueza etnográfica debido a que dicho proceso fue fruto del modo de vida campesino, que hizo objeto a esta vegetación de un aprovechamiento económico que aún perdura residualmente: leña, vigas, forraje, contención de cauces, etc. También podemos hablar de un patrimonio científico por explotar, dado que la desaparición por sustitución de esta variedad de chopo en otras zonas hacen de nuestros bosques un reservorio genético, además de ser generadores de biodiversidad merecedores de una mejor infraestructura en centros de investigación.

El artículo uno de la LPCA busca garantizar el uso del patrimonio cultural como “bien social y factor de desarrollo sostenible para Aragón”… Y así debería ser en este caso, ya que por todo lo expuesto podemos colegir que el bien de los chopos cabeceros es un factor potencial de desarrollo en la Cordillera Ibérica si se dota de un nivel de protección y promoción adecuado, como puede ser la figura de Parque Cultural. La sociedad civil puede hacer mucho para llamar la atención sobre la protección de tal o cual patrimonio, pero es necesaria la acción de los poderes públicos para activar finalmente esa declaración. Como Llorenç Prats ha afirmado, categóricamente, “sin poder, no existe el patrimonio”[2].

El año pasado la Plataforma Aguilar Natural elaboró el Borrador de proyecto de Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra. Dicha delimitación estaría abierta a los municipios que total o parcialmente se extienden sobre la cuenca hidrográfica del Alto Alfambra. La difusión del proyecto se está realizando a través de una serie de artículos publicados regularmente en el Diario de Teruel en colaboración con el Colectivo Sollavientos, en los que se abordan los valores de estos impresionantes árboles desde distintos puntos de vista (biología, usos tradicionales, regadíos, formación del paisaje, etc.)[3]. En el plano institucional y administrativo ya se han dado los primeros pasos. Pensamos que la propuesta lo merece.

Sergio Benítez Moriana e Ivo Aragón, son portavoces de la Plataforma Aguilar Natural


[1] Jaime Lorén, C. de; Herrero Loma, F.: El chopo cabecero en el sur de Aragón: La identidad de un paisaje, Centro de Estudios del Jiloca, Calamocha, 2007. —: “El chopo cabecero en Teruel, una tradición etnobotánica en desuso”, Quercus, n.º 264, 2008, pp. 40-49. Herrero Loma, F.: El chopo cabecero (Populus nigra L.). Cartografía y estudio de la población actual en los bosques de ribera de la cuenca del río Pancrudo (Teruel). Propuestas de Gestión, Tesis doctoral, Gandía, 2004. Jaime Lorén, C. de; Naval Subías, E.; Pérez Grijalva, R.: “El chopo cabecero en la Comarca del Jiloca: una investigación etnobotánica y ecológica en el aula”, III Jornadas de Educación Ambiental de la Comunidad Autónoma de Aragón, Departamento de Medio Ambiente, Zaragoza, 2006. De otros autores pero igualmente interesante: Bellido Luis, T.; López Navarro, J. R.: Estudio ecológico, etnobiológico y paisajístico de los chopos cabeceros en el valle del Jiloca. Memoria final, CEJ e INAEM, 2008.

[2] PRATS, L.: “El concepto de patrimonio cultural”, Política y sociedad, n.º 27, 1998, pp. 63-76.

[3] También pueden consultarse en www.aguilarnatural.com.