Brescello: el pueblo de don Camilo y Peppone
A 27 Kms. al noreste de Parma, junto al rio Po, se encuentra Brescello, municipio de algo más de 5.000 habitantes, que debe su popularidad a las películas que llevaron a la pantalla las novelas del escritor italiano Giovannino Guareschi, en las que se relatan las peripecias de la relación del cura del pueblo, don Camilo, y el alcalde comunista Peppone.
Giovannino Guareschi nació en 1908 en Roccabianca (Parma) y falleció en 1968 en Cervia (Rávena). Periodista y escritor, tras colaborar en varias revistas, con pluma afilada y satírica, participó en la segunda guerra mundial como oficial de artillería. Tras el armisticio de Cassibile de 1943, entre Italia y el ejército aliado, fue recluido en campos de prisioneros en Polonia y Alemania durante dos años, experiencia que relató en su Diario clandestino. Tras su regreso a Italia recuperó su actividad como periodista y escritor, muy crítico con los postulados izquierdistas y de una profunda fe católica.
Sus obras más famosas integran la serie de novelas del ciclo “El pequeño mundo”, que comprende “Don Camilo” (1948), “El retorno de don Camilo” (1953), o “El camarada don Camilo” (1963). Don Camilo, sacerdote católico, junto a Peppone, el alcalde comunista, son los protagonistas de los relatos, que narran las relaciones y las confrontaciones entre ellos y sus repercusiones en el vecindario. Aunque sus planteamientos ideológicos se enfrentan, su relación va evolucionando hacia una mayor comprensión mutua. La acción se sitúa en un pueblo de la ribera del Po y en sus inmediaciones.
Esas historias tuvieron una enorme difusión al ser llevadas al cine en 1952 por el director Julien Duvivier, con Fernandel en el papel de don Camilo y Gino Cervi como Peppone. Tras la película inicial hubo cuatro secuelas: El regreso de don Camilo (1953), Don Camilo y el honorable Peppone (1955), Don Camilo, monseñor (1961), y El camarada don Camilo (1965). Una más, “Don Camilo y los jóvenes de hoy” (1970) quedó inacabada por la muerte de Fernandel.
Las películas se rodaron en Brescello, lo que llevó consigo la identificación entre este pueblo y el lugar donde transcurren las novelas. Dada su repercusión popular, el municipio supo aprovechar el reclamo turístico de esas historias, conservando y cuidando los emplazamientos y los objetos que aparecen en las películas. En la gran plaza central, se encuentra la iglesia de Santa María Nascente, la parroquia donde ejercía don Camilo y en una de cuyas capillas está el Cristo parlante, confidente y consejero de don Camilo, con sentido del humor frente a su rigidez. Ante la iglesia una estatua de bronce recuerda a don Camilo. Y en la plaza frontera, ante el Ayuntamiento o Casa del Pueblo, otra estatua evoca al alcalde Peppone.
También existe un Museo, con fotografías, carteles, reconstrucciones escénicas, vestuario o la bicicleta de don Camilo. En una zona porticada de la vía Giglioli está colgada la campana que fue regalo del pueblo ruso en la ficción.
Cuando se visitan los lugares de nacimiento y juventud de Giuseppe Verdi es curioso comprobar su coincidencia con el itinerario vital de Guareschi. En Roncole, muy cerca de la casa natal de Verdi, Guareschi abrió un restaurante en 1964, regentado por la familia durante treinta años, que se ha convertido en una exposición permanente sobre el escritor y su vida (fotos, libros, apuntes, dibujos), albergando su archivo y su biblioteca. Su visita es gratuita y muestra un interesante video sobre su vida.
Por otra parte, en Busseto, en la Colegiata de San Bartolomeo, donde se casó Verdi con Margarita Barezzi, se encuentra el crucifijo original tomado como modelo para el Cristo parlante en la serie de películas de don Camilo. Se cuenta que Guareschi le tenía gran devoción y le había inspirado su evocación en las novelas, y por ello le había exigido a Julien Duvivier que se hiciera la copia necesaria para que figurara en las películas.