El vertedero Las Canteras de Zaragoza aguarda una decisión justa

Desde el pasado día 8 de marzo se encuentra cerrado el vertedero Las Canteras en Zaragoza merced a una orden del Gobierno de Aragón, del día 15 de diciembre de 2009. La empresa recurrió esta orden e  interpuso, por medio del despacho de Abogados Uría de Madrid, un recurso contencioso administrativo, y solicitó la suspensión cautelar…, pero el día 4 de marzo el Tribunal Superior de Justicia de Aragón no la concedió, así que sus 40 trabajadores a la calle…, mientras la justicia determina…

¿Y qué tiene que determinar la justicia? Pues sacar a la luz una historia que lleva enmarañándose varios años, desde 2001, cuando la empresa que gestiona el vertedero, Sudismin S.L., se acoge a un plan de acondicionamiento tal y como propone la normativa europea de ese mismo año. Es el único vertedero que lo hace y así se embarca en un proceso de transformación, de inversiones cercanas a los 8 millones de euros, de exigencia, de vanguardia en materia medioambiental… 

Todo este proceso tenía que culminar en el año 2009 (concretamente el 15 de julio). Y, mientras tanto, en el transcurrir de los años, la empresa obtiene premios, se encuentra entre los tres mejores vertederos gestionados de España (reconocimiento de GERD, la Asociación Española de Gestores de Residuos de Construcción y Demolición), recibe reconocimientos desde Europa…, pero incomprensiblemente, tras pasar por todos los condicionados impuestos desde el Gobierno de Aragón…, no se le concede la autorización.

Las razones que se indican desde el Gobierno de Aragón nada tienen que ver con la empresa, sino con la propiedad del terreno, y la consideración urbanística del mismo con la que se quiere confundir a la opinión pública, afirmando que no se les concederá licencia de actividad o recurriendo a los grupos ecologistas para echar leña al fuego…

Pero esta empresa, que ha hecho bien sus deberes, dispone, entre otros informes favorables, del dictamen de los catedráticos de Derecho Administrativo, Tomás Ramón Fernández y Juan Ramón Fernández Torres en cuyo texto de 67 folios se desmonta el informe de la Comisión Jurídico Asesora del Gobierno de Aragón que ha servido de excusa para tomar la decisión del cierre de este vertedero.

Desde el Gobierno de Aragón se alude a varias sentencias relativas a estos asuntos, pero, en verdad, nada afecta directamente a la empresa, que ha estado trabajando, apostando, generando empleo… (¡con la que está cayendo!), y demostrando que se pueden hacer las cosas muy bien en materia de residuos…

Tanto es así que desde la empresa se creó una cátedra de medio ambiente con la Facultad de Ciencias de Zaragoza.

Pues bien, todo esto es lo que se pretende eliminar porque el Gobierno de Aragón ha concedido su servicio público a otra empresa, y además de la construcción. Algo inaudito, que un constructor sea juez y parte en la gestión de residuos de la construcción. Sin duda, una situación de monopolio rampante.

En un primer momento, cuando salió la orden del Gobierno de Aragón, la empresa se quiso defender contando su historia. Y el eco fue mínimo. Normalmente suele ocurrir que si quieres que una verdad se haga luz, entre tanta mentira repetida, la cuestión es más que complicada. Y además, el Gobierno de Aragón ha desplegado todo su poder y maquinaria informativa… para desinformar, claro está.

Y en este sentido la empresa Sudismin está luchando contra un gigante.

Incluso, en el ámbito de la comunicación, por este asunto, hemos asistido en Zaragoza  a auténticos despropósitos. Se ha trasladado a los Medios (los que lo han querido publicar, ya que el poder censor del PAR, el partido que gestiona Medio Ambiente es tremendo) información oficial que muestra irregularidades en la concesión del Servicio Público, y el Gobierno ha querido tapar la boca diciendo que se contaban historias sesgadas (cuando sólo se referían documentos, sin ninguna valoración).

Ahora, el futuro del vertedero Las Canteras de Zaragoza, se encuentra en manos de la justicia. Mientras tanto, y por decisión de su gobierno autónomo, la capital aragonesa se encuentra sin un vertedero para residuos de construcción y demolición. ¿Habrá pronta y justa solución a esta peculiar carencia?