18/11/2010

¿Medicina basada en la evidencia o en la invidencia?

Hahnemann

La definición de medicina basada en la evidencia, aceptada internacionalmente, consiste en el uso consciente, explícito y juicioso de las mejores pruebas disponibles, habitualmente según criterios estadísticos, en la toma de decisiones sobre la atención médica e integral de cada paciente. El centro de atención es el paciente, no sólo su enfermedad o proceso, por lo que desde la realización de un diagnóstico efectivo y eficiente, hasta la elección de la mejor opción terapéutica, es preciso identificar y considerar sus derechos, sus principios y sus preferencias.

Estos planteamientos basados en experiencias estadísticamente repetibles, han supuesto un claro progreso de la medicina en los últimos años. El objetivo final de todo acto médico, con la utilización de los medicamentos adecuados, es la curación o mejoría de la enfermedad. La consecución de este objetivo supone la demostración de que el diagnóstico y tratamiento realizado, es correcto o no.

En la actualidad asistimos al debate entre la que se denomina una medicina científica, y las medicinas no científicas, entre las que se encuentra la homeopatía, fuente de discusiones en la actualidad por ser considerada un placebo. Sorprendentemente, algunos pacientes tratados de enfermedades graves con homeopatía, como mielitis transversa, esclerosis múltiple, cirrosis biliar primaria, artritis reumática y otras, experimentan una remisión completa de las lesiones, o una mejoría importante, que con algún episodio de agravación, les permite  hacer una vida normal, durante más de 20 años. Estos resultados son considerados por los profesionales médicos de nuestro sistema sanitario, como curaciones espontáneas en unos casos, y enfermedades con evolución particularmente benigna, en otras ocasiones. De acuerdo con esta valoración los excelentes resultados no pueden ser atribuidos a la homeopatía, que según su criterio no es una medicina científica, sino al azar. Al parecer el azar, la casualidad, es de efectos particularmente benéficos en aquellas personas que siguen un tratamiento homeopático, y en consecuencia mejoran el índice de curación y supervivencia.

Este rechazo sistemático a la realidad de los efectos clínicos de una terapia homeopática, es lo que podemos denominar MEDICINA BASADA EN LA INVIDENCIA.

Algunos justifican su rechazo a la homeopatía en que no existen trabajos de investigación, lo cual es falso. Podemos citar entre otras las investigaciones realizadas por Boiron, Abecasis y Belon, demostrando  que Histaminum 7 CH ( una dilución de histamina a 10 elevado a 14), es capaz de inhibir la degranulación de los basiófilos, en un 75% de los casos, ante diferentes alergenos. Wurmser y  Lapp demuestran en 1955 importancia de Arsenicum Album 7 CH y 15 CH, para la eliminación de arsénico, en ratas intoxicadas por vía peritoneal. En estudio experimental Fisher y cols., demuestran que la administración de Plumbum 200 CH, es tan eficaz como la D-penicilamida en el tratamiento de la intoxicación por plomo. La muestra sería demasiado extensa para una publicación como esta, pero baste recordar los trabajos de J. Callao en 1984, Cuadernos Hahneman, sobre la eficacia de la homeopatía en 20 casos de infecciones urinarias; los trabajos dirigidos por Jennifer Jacobs, profesora asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Washington, Seattle, sobre los procesos diarreicos tratados con homeopatía, publicados en 1994 en la norteamericana revista Pediatrics; la magnifica casuística de los doctores Banerji  sobre tumores cerebrales y pulmonares, supervisada por la OMS, etc. Estos y otros estudios hacen que Linde y cols, publiquen un articulo, en The Lancet, 1997, en el que los efectos terapéuticos de la homeopatía son comprobables y no pueden ser atribuidos al efecto placebo. Posteriormente en el año 2005 Shang y cols, publican en la misma revista, The Lancet, una de las más importantes en medicina, un meta análisis sobre 14 grandes ensayos, concluyendo que  el efecto curativo de la homeopatía, en dichos ensayos, fue similar al de la medicina convencional. Debemos reconocer, no obstante que las publicaciones científicas en homeopatía, son menores en número y calidad, que las realizadas en las realizadas en cualquier otra parcela de la medicina.

Múltiples autores coinciden que los tratamientos homeopáticos tienen un fuerte componente de individualizacion que dificulta, aunque no impide, la realización de estudios doble ciego y la formulación de protocolos fijos. Sorprende esta crítica, cuando James Watson , premio Nobel de medicina en 1962 por descifrar el ADN humano, dice que la medicina del futuro será personalizada y, los doctores analizaran nuestro genoma antes de recetar fármacos. Indicando con ello la conveniencia de individualizar el tratamiento tanto como sea posible, para cada paciente, aunque padezcan la misma enfermedad.

Parecen lógicas  críticas realizadas por cualquier segmento del estamento médico, inquiriendo los mecanismos de acción antes de aceptar un sistema trerapéutico no enseñado en la facultad; sorprenden sin embargo las acusaciones inquisitoriales de personas no médicas que desconocen la complejidad de las energías del cuerpo humano, y apenas saben el número de Avogadro.

No debemos olvidar  que cualquier novedad debe pasar un periodo de critica antes de ser aceptada, podemos recordar las palabras de Max Planck, padre de la física atómica, cuando dice que las nuevas ideas no triunfan por la veracidad de las mismas, sino porque los adversarios de estas ideas acaban falleciendo por razones de edad, y las nuevas generaciones crecen sensibilizadas  a las nuevas ideas. Afortunadamente ya no estamos en la edad media, para que como Lucas Casalete, catedrático de prima de la facultad de Zaragoza, seamos reprendidos por la inquisición y se proceda a la quema pública de libros, tras pronunciar en clase la homeopática sentencia: similia similibus curantur.

Parece ser que la facultad de medicina de Zaragoza va a crear una nueva cátedra dedicada a la enseñanza de la homeopatía. El nombre propuesto para dicha cátedra va a ser el una mutinacional francesa, encargada quizás de aportar un sustrato económico,  los Laboratorios Boiron. Es de esperar que las nuevas generaciones cuenten con una información suficiente sobre el tema. Sin embargo la presencia de una multinacional, no permite disipar los temores sobre la imparcialidad de la docencia, en detrimento del estudio de las múltiples escuelas homeopáticas existentes en la actualidad.