19/09/2011

En recuerdo de José Antonio Labordeta

Se cumple hoy el primer aniversario de la muerte de José Antonio Labordeta, que despertó la emoción y el sentimiento de miles de ciudadanos de Aragón y de fuera de Aragón. Mantenemos vivo su recuerdo y nos parece el  mejor homenaje recordar algunas de sus canciones, en las que hizo llegar a tantas personas y en tantas ocasiones sus aspiraciones de fraternidad, de justicia, de igualdad, de libertad. Canciones que emocionaron a los aragoneses  de origen, cualquiera que fuera su lugar de residencia, y que se han cantado colectivamente en España y en América para afirmar solidaridades compartidas y aspiraciones de justicia.

Quienes a lo largo de cuarenta años le acompañamos muchas veces en sus recitales, desde la sencillez de sus primeras actuaciones hasta las multitudinarias convocatorias, sabemos la fuerza de esas frases que condensan  en pocas palabras mensajes importantes.

Dice una canción que “cuando calla el cantor, calla la vida, porque la vida misma es todo un canto”,  “que no calle el cantor porque el silencio cobarde permite la maldad que oprime”. Aunque José Antonio no esté ya entre nosotros, el cantor no ha callado, sus canciones siguen acompañándonos y mantienen su vigencia y la aspiración de un mundo mejor. Recordarlas es expresarle una vez más nuestra gratitud por lo que supuso su presencia y su actividad para todos nosotros y por el legado que nos dejó.

“Polvo, niebla, viento y sol, y donde hay agua una huerta. Al norte los Pirineos: esta tierra es Aragón”.

  

“Siempre te recuerdo vieja, sentada junto al hogar, acariciando la lumbre, la cadiera y el pozal… Siempre te recuerdo vieja, nunca te podré olvidar, eternamente paciente, sufriendo sin más ni más”.

“El miedo tiene raíces difíciles de arrancar, si ves que se hacen cadenas, rómpelas y échate a andar.

Canta compañero, canta, que aquí hay mucho que cantar, este silencio de hierro ya no se puede aguantar”.

“De toda la sierra entera, un lugar en donde quepan los que caminan y esperan, los que vuelven y se quedan, y entre todos hay que levantar, hay que levantar, hay que levantar”.

Ya ves que vamos avanzando cumpliendo este camino, no lo sé, ya ves…Ya ves que fuimos puente herido de abrazos detenidos, por ver la libertad.

Recuérdame como un árbol batido, como un pájaro herido, como un hombre sin más. Recuérdame como un verano ido, como un lobo cansino, como un hombre sin más”

El amor es el silencio. La palabra guardada en el pecho, es el mar batiendo contra el mar. Son las islas halladas entre la soledad

Son muchachos riendo, campanario y volcán, gritos de despedida, labios para besar, fatigosas mañanas después de amar…”

“He posado mis manos en tus hombros igual que el viento sobre el mar. He cubierto de besos tus orillas y de luz tu soledad… Amor, esperanzadamente amor, amor, lejanamente amor, en qué lado del mar está tu vida, en qué lado del mar está la luz”

Serenamente hablando digo hoy: me siento solidario de esta vida. Serenamente hablando quiero decir que hace falta valor para seguir aquí. Serenamente hablando quiero gritar que aquí está nuestro sitio y no en otro lugar.”

Caminaremos hasta el momento en que las manos sean fraternidad… Caminaremos hasta la aurora en que en el viento renazca la igualdad… Caminaremos hasta el instante en que en la lluvia crezca la libertad…”

Somos como esos viejos árboles batidos por el viento que azota desde el mar. Hemos perdido compañeros, paisajes y esperanzas en nuestro caminar… Somos igual que nuestra tierra, suaves como la arcilla, duros del roquedal…

Vamos a hacer con el futuro un canto a la esperanza y poder encontrar Tiempos cubiertos con las manos, los rostros y los labios que sueñan libertad”

“Habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad”.