Economistas aragoneses
Luis Germán Zubero, catedrático de Historia económica en nuestra Universidad, acaba de publicar, en las PUZ cada día más prestigiosas, una importante Historia económica del Aragón contemporáneo. Es leyenda entre todos sus colegas y amigos lo exigente que es Luis con todos sus escritos, las vueltas que da a las ideas y conceptos, a los métodos a utilizar, a la formulación de los resultados. De la demografía al ferrocarril, del vino a la estructura financiera o los orígenes de la expansión inmobiliaria, pronto destacó su interés por nuestra historia industrial, en la que ha realizado importantes monografías (Riegos, electricidad, agroalimentarias –sobre todo las harineras, el caso de los Villarroya y Castellano-, obras públicas), la formación del capital, así como sobre la historia de empresas y empresarios. De ahí, el salto a la reflexión sobre el crecimiento económico regional, los estudios comparativos o comprensivos de diversas regiones económicas españolas, con colaboraciones en varios destacados libros colectivos españoles e importantes revistas científicas. Con todo lo dicho, podrá entenderse que esta obra es la fruta madura, mucho tiempo esperada, culminación de un camino confirmado y coherente, que le llevaba hasta aquí. Un libro espléndido, con todos los rasgos del autor: documentadísimo, explicadísimo, ordenadísimo, en que recoge lo mejor de sus cientos de artículos, de sus noches de desvelos.
Incluimos otras obras recientes de destacados autores aragoneses. En primer lugar, el importantísimo “manual” de Francisco Comín (turolense de Obó, criado en Estercuel), catedrático en Alcalá, premio Nacional de Historia por la de la Hacienda española, que publica, en Alianza, una Historia mundial de la economía, de los orígenes a la actualidad. Han proliferado en la última década libros de esta ambición, pero ninguno había llegado al grado de perfección, en el diseño de los grandes temas, en el dominio de lo publicado, que es muchísimo y bastante bueno por lo general, en español y en otros idiomas sobre todo en inglés. Por ello esta obra es realmente útil, a profesores, estudiantes, profesionales que quieran actualizar y mejorar su preparación global; porque es clara, comprensiva de tantos fenómenos del pasado, y extraordinariamente penetrante.
José María Serrano Sanz, académico de número de la de CC. Morales y Políticas, catedrático de Economía Aplicada, director de Fundear, de quien recientemente citamos sus estudios sobre el Costa librecambista, leyó una esperadísima lección en el comienzo de curso universitario, editada entonces pero leída por este reseñista mucho después: “De la crisis económica en España y sus remedios”. Un texto diáfano a pesar de lo intrincado del tema, sincero, técnicamente perfecto, en el que viene a resumir así sus atinados consejos: “sin aumentos de la productividad es imposible recuperar la senda de un crecimiento vigoroso y sostenido… [por lo que] resulta claro que la recuperación de la economía española requiere de un fuerte impulso tecnológico, la sujeción a criterios económicos en las decisiones de inversión pública, pero muy señaladamente requiere un serio esfuerzo en capital humano”.
Y, todavía con José María Serrano, porque la Biblioteca Ernest Lluch de economistas aragoneses (ahora dirigida desde la cátedra con ese recordado nombre en nuestra Universidad regentada por Alfonso Sánchez Hormigo y coeditada con la Institución Fernando el Católico), publica su cuidadosa edición de dos obras muy poco conocidas del zaragozano Francisco de Gregorio, Marqués de Valle Santoro (1786-1833). Personaje y obras llenos de incógnitas, aunque en desvelarlas se esforzó el catedrático de Granada Manuel Martín Rodríguez, editor en 1989 de sus Elementos de Economía política con aplicación particular a España (1829), Serrano nos da casi todas las claves en la precisa introducción a las ahora recuperadas: el Ensayo sobre la Hacienda pública (se trabaja sobre una segunda edición, en Zaragoza, que data en 1820) y la Memoria sobre la Balanza del Comercio y examen del estado actual de la riqueza de España, fechada en Zaragoza en 1830, aunque impresa en Madrid. Imposible adentrarnos en la importancia de textos pioneros en sus materias, lo que habrán de hacer, incorporando ediciones y estudios los principales especialistas.
No en último lugar, demos noticia del libro Economistas clásicos, de que son autores el citado Sánchez Hormigo y el catedrático italiano Alessandro Roncaglia, autor de la excelente La riqueza de las ideas (editado por nuestras PUZ en 2006). Se trata de uno de esos manuales breves en que está especializada su editora, Síntesis, que rebosa precisión, datos básicos, claridad conceptual, e incluye, como ya exigía Schumpeter, a Marx entre los sucesores de Adam Smith, tras los Malthus, Say, Ricardo y tantos otros. Un apéndice sobre el influjo de esta gran escuela científica pionera en España y otro de textos de los principales autores, cierra el volumen, dedicado al recuerdo de Paisa Izuzquiza, compañera y colaboradora de Alfonso tan tempranamente fallecida, y amiga de tantos de nosotros.