“Un político ocioso”
Javier Lambán, secretario general del PSOE-Aragón, ha calificado a su compañero Juan Alberto Belloch, alcalde de Zaragoza y senador, de “político ocioso”. Belloch estuvo en un desayuno madrileño en el Ritz, en el que apoyó a Carmen Chacón para liderar el PSOE y planteó que no debe demorarse la celebración de elecciones primarias para renovar la dirección del partido.
Al Sr. Lambán no le sentó bien. Para él, con su verbo florido, todo eso es “una anécdota pura y dura en el acontecer de la vida diaria madrileña que suele ser proclive a este tipo de desayunos y entretenimientos para políticos ociosos”, y considera que “no toca ahora hablar de esta cuestión” en relación con las primarias, pues opina que antes hay que renovar el ideario del PSOE.
¡Pobre PSOE¡ ¿y quién va a renovar ese ideario? El sucedido no es sino un episodio más en las crisis internas del PSOE, que da un poco de pena, más en la situación actual del país. Y que explica que, pese a lo fácil que se lo pone el PP con sus mentiras y recortes, el PSOE no remonte en las preferencias de los electores, que lo consideran alejado de su antigua ideología progresista y liderado por personas sin carisma, quemadas y preocupadas por mantener el poder del apartado del partido y de los sueldos y prebendas que han venido disfrutando durante años como medio de vida.
El Sr. Lambán tendrá sus motivos para calificar al Sr. Belloch de político ocioso pese a sus cargos. Aunque él solo es alcalde de Ejea y diputado autonómico, puestos de menor rango y responsabilidad. ¿Se considerará también ocioso? Lo que se deduce de sus palabras es que se considera adecuado para renovar el ideario del PSOE, aunque sea responsable de haber contribuido a desgastarlo y de perder las elecciones, tras muchos años de secretario de organización del partido en Zaragoza y de Presidente de la Diputación Provincial. Es muy difícil renovar idearios sin renovar a las personas, y los actuales dirigentes del PSOE aragonés –salvo alguna excepción de reciente incorporación—carecen ya de capacidad para transmitir y ofrecer ilusión a la sociedad, pues su imagen y su discurso están ya muy vistos y gastados y aburren hasta a las piedras.
Por cierto que es verdad que el Ritz es un marco burgués, pero también ha habido allí otros desayunos de personajes del PSOE en otros tiempos. Y, por otra parte, ni Felipe González, ni José Bono ni Miguel Boyer ni otros distinguidos colegas –reunidos hace unos días en una celebración del Partido— se sentirían allí ahora fuera de lugar.