03/07/2014

Guerras, revoluciones y expiaciones

La estancia en España de José Martí es un tema recurrente en la literatura (hagiográfica casi siempre), sobre el Moisés de la independencia cubana (la impulsó pero no alcanzó a verla), como ya estudiara en 1995 Rosario Rexach al referirse a sus primeros biógrafos. Hay un antes y un después en el libro de Emilio Roig de Leuchsenring (1938), y hasta nuestros días han sido numerosos los que han abordado el tema, desde el cubano en Estados Unidos Carlos Ripoll (que me visitó y escribió obsesionado por encontrar a la novia zaragozana: ¡hallamos un biznieto de médico en Soria!) y el libro editado en Cuba hace siete años de Hidalgo Paz Ibrahim, hasta nuestra Ana María Navales, y unos cuantos más. Manuel García Guatas, que ya abordó por dos veces el tema ceñido a Zaragoza, lo amplía a La España de Martí, es decir: no sólo el estricto punto de vista biográfico, sino la época, los grandes españoles de su tiempo, etc. Un enfoque original, interesante, editado con la pulcritud que caracteriza a nuestras Prensas Universitarias.

1,-La-Espana-de-Martí

 

La Gran Guerra, al cumplirse cien años de su comienzo, ha despertado docenas, cientos, de ediciones y reediciones, estudios nuevos desde nuevas perspectivas. Menos frecuentes son las publicaciones rigurosas pero más divulgativas, para estudiantes y gran público, con rigor y estilo didáctico. Entre ellas destacamos el excelente libro coordinado por Javier Alquézar y un joven equipo, y publicado por el Centro de Estudios Locales de Andorra. Un modelo a seguir, del que ya nos habían dado muestras en anteriores entregas de esta colección de aproximación a grandes temas históricos.

2,-La-Gran-Guerra

 

El anarquismo revolucionario inmediatamente posterior a la guerra europea tuvo en España una dimensión muy destacada. Huelgas, tiroteos, insurgencias y todo tipo de manifestaciones. Uno de los casos más conocidos y trágicos es el del “levantamiento del Cuartel del Carmen”, asunto tomado como argumento central en la cuidadosa historia novelada Anidar en el cauce de la historia, del joven abogado Manuel Vidal Vicente. Con abundante documentación, buen estilo narrativo clásico, un destacado manejo de personajes y un deliberado afán de hacer comprender, se nos ofrece un gran cuadro sobre “la inestable Zaragoza inmersa en la lucha obrera de los años veinte, donde el sindicalismo anarquista está poniendo contra las cuerdas al débil estado de la Restauración, las clases medias han reaccionado organizando su Somatén armado y los empresarios comienzan a reclutar bandas de pistoleros”, según resume el autor, que pone la distribución del libro en manos del gigante Amazon.

3,-Anidar

 

Antonio Peiró, uno de nuestros mejores historiadores sin duda alguna, asume tareas gigantescas y muy variadas, como la de estudiar en Evacuad Teruel. La odisea de 12.000 turolenses durante la Guerra Civil (Comuniter). Un aspecto olvidado hasta ahora (fue un enigma, o apenas una sospecha) de la tan analizada tragedia española, abordado con una documentación exhaustiva y un tratamiento rigurosísimo. Concluye este libro, llamado a formar parte del cuadro de honor de la historia de la guerra en Aragón y en España con una afirmación impresionante: “creemos que el Gobierno de la República diseñó desde el primer momento la evacuación de Teruel como el acompañamiento imprescindible de la conquista de la ciudad. Por supuesto, eso tenía indudables ventajas para la posterior defensa de la ciudad, pues permitía vaciarla de enemigos (reales y potenciales) y facilitaba las operaciones de abastecimiento. Pero la extraordinaria atención con la que fueron tratados no sólo los evacuados, sino también los prisioneros –sobre la que disponemos de numerosos testimonios- obliga a pensar que había algo más: la generosidad de la República con quienes la habían combatido”.

4, Evacuad Teruel

 

Julián Casanova, uno de los grandes sobre la guerra civil y sus consecuencias, dirige junto a su principal discípula, Ángela Cenarro, a tres ya bregados aunque jóvenes historiadores (Estefanía Langarita, Nacho Moreno e Irene Murillo) y nos ofrecen un libro extraordinario sobre las otras consecuencias (además de la muerte, la cárcel, el exilio, el miedo y el silencio interiores) a las que la venganza y el odio de los vencedores llevaron a los vencidos. En Pagad las culpas. La represión económica en Aragón (1936-1945) (Crítica) se aborda con rigor y documentación abundantísima, lo habitual y terrible de los castigos en las posguerras, la Ley de Responsabilidades Políticas como marco general para el resto de tropelías a través de las Comisiones de Incautación, las denuncias e informes de autoridades y otros “adictos” al nuevo régimen fascista, etc. Pero también las diversas formas de resistencia civil, de “negociaciones”, evasiones, etc.

 

5, Pagad las culpas

Casi catorce mil personas fueron expedientadas en Aragón, de las que prácticamente la mitad en la provincia de Zaragoza. Entre ellas, se nos ofrecen algunos casos de conocidas personalidades como el gran científico Odón de Buen y el bibliógrafo José Ignacio Mantecón (ambos en el exilio), el artista Baltasar González, el farmacéutico Serafín Villarroya o el ex alcalde de Huesca Manuel Sender (los tres fusilados ya, y luego objeto de persecuciones económicas a sus familias) y otros casos menos conocidos pero muy significativos. Esa peculiar persecución, aparte de recaudar fondos para un Estado en ruinas, buscaba humillar a los castigados, la mayoría de débil posición económica. En el caso aragonés, se esperaba recaudar unos veinte millones de pesetas, y apenas se obtuvo una quinta parte. Pero el mal ya estaba hecho.