29/05/2014

El Cupón de la ONCE, Lacarra, Uría, Vázquez de Parga, y la GR-65.

Estos días de mayo,  la ONCE lleva en sus décimos una leyenda que dice: VIII centenario de la peregrinación de San Francisco de Asís a Santiago de Compostela 1214 – 2014 y muestra varias imágenes tópicas de la ciudad.

Yo tengo muchas anécdotas de los tiempos en que hice mi primera caminata a Santiago. Algunas son verdaderamente interesantes, como la del profesor de una universidad que estaba en aquellos momentos traduciendo al catalán los platónicos alejandrinos, y que, una vez llegado al monte del gozo, desde donde se veían las torres de la catedral, retornaba a su casa sin concluir la caminata con el abrazo al Santo, ni saludar al maestro Mateo, “santo dos croques”, para que aumentara su inteligencia, según  manda la tradición.

Yo tengo mi “Compostela”, como un muy querido recuerdo de hace casi 30 años y soy de los pocos que han tenido la fortuna de tener en sus manos el Códice Calixtino, en la sacristía de la catedral. El bibliotecario firmante de mi “ Compostela” quería leer mi diario del camino por publicar algunas de las experiencias,  y le puse como condición que me dejara ver el Códice Calixtino mientras él leía mis notas. Cerró la sacristía con una llave grade y me trajo el Calixtino (debo suponer que sería el facsímil publicado en 1971, porque si hubiera sido el original no me volvería a lavar las manos). ¿Cómo se puede describir ese momento en que yo (¡Ay triste de mi , ay infelice!) creí tener en mis manos el auténtico Codex Calixtinus…y fui pasando cada hoja como en un éxtasis…miniados, milagros, historias, narraciones,  Aymerico Picaud, el Pseudo Turpin… Se me puede acusar de “wishful thinking , pero sea como fuere para mi fue el auténtico Codex, tan traído y llevado, y novelado, por una desgraciada circunstancia, no hace mucho.

El cupón de la once que se ve estos días me ha recordado que gracias a los historiadores José María Lacarra, Luis Vázquez de Parga y Juan Uria Riu, que escribieron el mejor libro que se haya publicado sobre el  Camino de Santiago (1), accesible por las ediciones facsímil del gobierno de Navarra desde 1992, yo llevaba incorporada a mi mochila una riqueza cultural que me permitió ver multitud de cosas y situaciones que de otra manera se me hubieran pasado inadvertidas.  “Todavía aprendo” decía Goya en uno de sus menos conocidos grabados y eso es lo que hice, seguir aprendiendo, gracias a ellos. Lacarra fue un ilustrísimo catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, mi ciudad, al que estoy muy agradecido por éste y otros libros.

Estoy seguro de que quien emprenda la caminata por este itinerario cultural europeo, calle mayor de Europa, patrimonio de la humanidad, GR-65, “camino francés” para los conocidos, aunque haya tantos caminos como puntos de partida del caminante, si procura leer antes el libro de los historiadores arriba mencionados verá su bagaje, su mochila cultural tan enriquecida que su experiencia habrá crecido de forma exponencial. El cupón de la ONCE me ha recordado aquellos tiempos felices en que caminar en buena compañía o en soledad era un verdadero placer. Una hermosa joven me dijo una vez que cuando el estrés se apoderaba de su vida por una u otra razón, se reservaba una semana y se lanzaba al camino entre sus soledades y sus cansancios, porque, decía: “es mejor y más barato que ir a un siquiatra y cuando vuelvo veo las cosas con otra luz y otra perspectiva”.

 

 

(1)  Luis Vázquez de Parga, José María Lacarra y Juan Uria Riu “Las Peregrinaciones a Santiago de Compostela. Edición facsímil de la realizada en 1948 por el CESIC. Gobierno de Navarra 1992