Unos minutos de gloria para Jean Jacques Rousseau
“La sociedad no son los hombres sino la unión de los nombres”
Montesquieu
Recibo la visita de Monique y Jean Pierre en el rincón de Prometeo de Biescas. Son de Burdeos. Suelen venir por el verano.
Por la mañana han hecho un largo paseo a caballo alrededor del lago de Artigues, al pie del Midi d’Ossau pirenaico.
Quieren hacer la ruta románica del Serrablo, el románico de Bohí y Tahull en Cataluña y el de Andorra.
-Queremos mucho las piedras, dicen sonriendo.
En la pared cuelga la declaración de “Los Derechos del hombre” que promovió la Revolución Francesa. Me recuerdan que el 4 y 10 de agosto son fechas muy importantes en la historia de Francia.
Suena música de Brassens, Moustaki, Amancio Prada y Paco Ibáñez. Celebramos el encuentro con vino rancio del país ( bodega Fernando Baratech) y pastas. Aportan queso francés de Laruns, realmente exquisito.
El fenómeno asambleario previo a la revolución francesa
-La cultura greco-latina, la llegada de Cristo y la Revolución Francesa son los tres grandes hitos de la historia, asegura Monique, Hoy es día de comentar la Revolución Francesa, hay que celebrarla siempre.
-en Francia las ideas circulaban como el viento simún del desierto que lleva fuego y polen para fecundar palmeras solitarias.
-servían para lanzar opiniones y proyectos que permitían salir del largo sueño feudal, que adormilaba a Francia-
-el clero dijo al rey “el más bello de nuestros dominios, señor, es el corazón de nuestros súbditos”
–el “simún” se fue extendiendo por muchos rincones de Francia-
-En Alsacia dijeron “ No hemos tenido nunca libertad de pintar nuestros colores tal como son “.
-En Rennes se escuchaba “No hay libertad y prosperidad allí donde las tierras son siervas”
-En Corsi y Rovet decían que “todo feudalismo deber abolido y los apelativos de vasallo y señor entre los súbditos del rey, borrados para siempre de las actas judiciales”.
-Por la Provenza gritaban “que todos los hombres sean libres. No somos siervos y desde hoy cada francés debe ser contado como hombre”.
-En los suburbios de París “una gloriosa revolución se prepara y la más poderosa nación de Europa va a darse un código pólitico en el cual los abusos de la autoridad sean imposibles”.
-En Normandía eran muy expresivos “desde hace largo tiempo los derechos de la nación han sido desconocidos y destrozados; los derechos del trono han creado una excrecencia monstruosa. Hoy reivindicamos todas nuestras libertades”
Sobre Rousseau y “El contrato social” y Robespierre
Jean Pierre y Monique descansan de su disertación, siguen escuchando a Brassens y me obsequian con una bella edición del “Contrato social” de Rousseau, que incluye el discurso de Robespierre en el que homenajeó al filósofo.
Monique saca del frigorífico la botella de champagne Taittinger. También unas latas de mousse para los gatos del jardín que han asomado tímidamente su cabeza por la puerta seguramente escuchando el discurso…
Suena en este momento la voz ronca y humana de Paco Ibáñez que canta a los poetas.
….Nosotros somos quien somos
basta de historia y cuentos…
Jean Pierre atiza el fuego de la chimenea.
– Las tardes de agosto son algo frías en Biescas, dice sonriendo…
Con una copa de Taittinger en la mano y apoyando unas hojas sobre un atril improvisado sobre la mesa, se decide a leer el discurso de Robespierre, con el homenaje a Rousseau.
–Rousseau devolvió a la mujer el cuidado de sus hijos, que se delegaba a las nodrizas, infundió el amor a la naturaleza, al progreso, la idea de igualdad y derecho merecer pertenecer a una ciudadanía honrosa y digna en la república. Es grandioso su discurso sobra La desigualdad humana.
Discurso de Robespierre
“Hay que fundar una sociedad nueva basada en las leyes de la razón e independiente de todas las tradiciones y enseñanzas de la historia”
“La república es la virtud y todos los adversarios son los vicios sublevados contra ella”.
Robespierre intentó imitar las ideas de Rousseau cuyas opiniones profesaba.
“El verdadero templo del Ser Supremo es el universo, su culto la virtud, sus fiestas la alegría de un gran pueblo reunido para estrechar lazos de fraternidad universal”.
“El hombre es el objeto más grande la naturaleza y el más magnífico de los espectáculos es el que ofrece un gran pueblo reunido”.
Presentó Robespierre un decreto que fue aceptado por unanimidad
“El pueblo francés reconoce la existencia del Ser Supremo y la inmortalidad del alma.”
“Reconoce igualmente que el culto más digno del ser Supremo es la practica de los deberes del hombre”.
“Se instituirán fiestas para recordar al hombre el pensamiento de la Divinidad y la grandeza de su ser. Además del 14 de julio, 10 de agosto, 21 de enero y 31 de mayo la república celebrará todos los días de década las celebraciones siguientes”
Al Ser Supremo
Al género humano
Al pueblo francés
A los bienhechores de la humanidad
A los mártires de la libertad
A la libertad y a la igualdad
A la República
A la libertad del mundo
Al amor a la patria
Al odio a tiranos y traidores
A la verdad
A la justicia
Al pudor
A la gloria
A la amistad
A la frugalidad
Al valor
A la buena fe
Al heroísmo
Al desintegres
Al estoicismo
Al amor
A la fe conyugal
Al amor paterno
A la ternura maternal
A la piedad filial
A la infancia
A la juventud
A la vejez
A la desgracia
A la agricultura
A la industria
A nuestros abuelos
A la paternidad
A la felicidad
“Después de estas palabras, dice Pierre, los restos de Rousseau fueron trasladados al Panteón y presentada su viuda a la convención le señalaron una pensión.”
La tarde resbalaba sobre el jardín. Por la puerta abierta entraba el aroma de las flores y de la noche. Todos aspiramos el olor de la tierra fresca.
Todos deseamos que sean las palabras, la inteligencia y nunca la violencia las resuelva los problemas pendientes que siempre tenemos todos. Y que el sol salga pata todos.
Suena la voz de Georges Brassens, un hombre libre.