07/04/2016

Letras aragonesas

Conget en aguas de Turia. Turia, la tan reconocida revista cultural, dedica en su último número su bloque monográfico a nuestro principal escritor de culto: José María Conget. Una serie de estudios y ensayos imprescindible para adentrarse y disfrutar de este maravilloso “autor maldito”.

1,-Conget-en-Turia

Quince autores se ocupan de su biocronología, algunos de sus libros principales, la importancia de sus cuentos y relatos, su Zaragoza (Pisón), su pasión por el cine y los tebeos, otros aspectos autobiográficos, a los que aporta un suculento texto, “Esqueletos en el armario” el propio Conget, a la vez que su compañera de toda la vida, Maribel Cruzado, habla de ese “compañero de película” y Juan Domínguez Lasierra habla del tándem que forman ambos. José-Carlos Mainer, que ofició en la presentación del volumen en Zaragoza (Museo Pablo Serrano), escribe un difícil e importante artículo (“Variaciones Conget”), título que evoca las míticas Goldberg. A partir de las solapas de sus libros glosa su “deliberada ambigüedad genérica… Es patente que al autor le place imaginar la sensación de perplejidad que asaltaría a un hipotético bibliotecario que debe clasificarlos y optar por ‘novela?, ‘ensayo’, o ‘autobiografía’, pues de todo tienen algo”. Para concluir: “Puede que Hasta el fin de los tiempos no sea la mejor novela de Conget, pero es la que explica todas, y sobre todo, el seguro mecanismo de su invención, el misterio del cuento de nunca acabar”. Porque nos ha dicho antes que “el escritor mismo es literatura, y esta es inevitablemente contagiosa”.  Y eso que en su tan importante como discutible Historia mínima de la Literatura española, no le incluye Mainer, que apenas incluye escritores aragoneses contemporáneos.

Yo me quedaría con el párrafo casi final de Juan Bonilla: “Conget ha ido completando el círculo mágico. Ha hecho gran literatura de su vida -¿con su vida? ¿por su vida? ¿en su vida? ¿contra su vida?: no sé qué preposición poner; creo que habría que ponerlas casi todas: una vida que llenó primero de literatura para devolverle a esta lo que le dio: asombro, emoción, humor, la sensación, la certeza de que el mundo es más hondo que extenso”.

La revista es mucho más. Como suele, incorpora textos breves de autores reconocidos (de Julian Barnes a Javier Sebastián), numerosos poemas (entre muchos, Ángel Guinda, Ignacio Escuín, Alfredo Saldaña, Magdalena Lasala, Andrés Ortíz-Osés), bloques de pensamiento, conversaciones como la estupenda con Vila Matas por Fernando del Val; otra entrega del peculiar dietario del esforzado director de la revista, Raúl Carlos Maicas, “La Isla”; artículos sobre Aragón (Barreiro sobre el joven Sender, Jesús Rubio sobre Pablo Serrano y Miguel Labordeta); se habla de los Pozos de Caudé; y una inmensa Torre de Babel reúne medio centenar de reseñas, por las que sabemos de libros de Modiano, Lobo Antunes, Piglia, Vilas, Freixas, Teresa Agustín, Fernando Aínsa o, siempre aún, Miguel Labordeta. Tres hurras, de nuevo, para esta querida revista, la más universal de cuantas se imprimen en tierra aragonesa.

 

2,-Ismael-Grasa

Ismael Grasa en Una ilusión, sigue, paso a paso, sin prisas y con una escritura pulcra, serena, de humor ligero que casi ni inglés, avanzando en sus recuerdos. El libro, editado por Xordica, recoge o profundiza algunas de sus vivencias, de modo reflexivo, filósofo, como es y enseña. Hay vivencias de adolescencia, en su Huesca natal, escolares. Una secuencia brillante de cuando fue “prosélito” del Opus Dei, lo que evoca con crítica suave y nada rencorosa. Vuelve a sus días en China, una experiencia sobre la que publicó un libro, y ahora nos explaya anécdotas que quizá entonces no consideró o se atrevió a contar. Habla de los amigos que él, tímido y reservado, valora especialmente, muertos los dos principales: Javier Tomeo y Félix Romeo Pescador. De Sol Acín, y su amiga María Kusche, que le ayuda a recuperar sus textos perdidos e inéditos. De lo que le inspiran las casas donde vive, de pequeños viajes y algunas lecturas. Y, sobre todo, escribe un capítulo magistral, “El pueblo”, que merecería figurar en antologías, como lo hacen de Azorín a Delibes tantos autores de alabanza de aldea. Un libro preciso, de un autor tan humilde y somarda como riguroso y serio. Admirable.

 

chuse

La editorial Olifante nos informa así de la aparición de Piedra angular. Candalieto: “es una antología que recorre el trabajo poético de Chusé Raúl Usón, autor destacado en la literatura aragonesa actual, por su propia obra y por su labor como editor en la editorial Xordica. En palabras de Ánchel Conte: «El lector va a encontrar en esta antología lo mejor de un poeta al que el mundo de la lengua aragonesa debe mucho, no solo por la forma en que la modela, sino porque por encima de todo Usón es un poeta de una calidad excepcional y de una modernidad inusual en esta tierra. El propio título, Candalieto, define a la perfección esta idea. Candalieto es la piedra que en el hogar sostenía el puchero, sin él era imposible cocinar. Sin el fuego, el puchero y el candalieto –lengua, origen, identidad– imposible crear la más atrevida obra poética hasta hoy en aragonés, la que abre nuevo caminos sin renunciar a la esencia, o mejor a lo esencial, del pasado. Como una bocanada de aire fresco y un cierzo que lleva hacia el futuro, aparece este sencillo libro, pero grande, destinado a marcar un antes y un después en la literatura aragonesa en cualquiera de sus tres lenguas»». He ahí un más que benemérito editor que, no sabemos de dónde, saca fuerzas y pasiones y lucidez, para escribir y defender la lengua aragonesa.

 

4,-Discordia-(portada)-1

Juan José Gil Cremades fue un destacado catedrático de Filosofía del Derecho en nuestra Universidad. Tras su jubilación, reside en Cantabria, la tierra de su esposa, aunque sigue preocupado por las cosas de la suya, aragonesa. Ahora recoge su dispersa obra sólo aparentemente menor, en dos volúmenes que titula Discordia concors y subtitula “Método e historia del pensamiento jurídico” (Granada, Editorial Comares, 2015) de los que se cuida la profesora Caridad Velarde. Se reúnen así muchos temas de su especialidad, en que se mueve de Tomás de Aquino a Pascal y Hegel y todo el jusnaturalismo; y sus estudios sobre los aragoneses Pedro María Ric, Alejandro Oliván, Braulio Foz, Mendizábal, Costa y el krausismo (fue autor de un notable libro hoy agotadísimo, y de un estudio sobre los ataques franquistas a la Institución Libre de Enseñanza), o la estancia en Zaragoza de Clarín (sobre lo que impulsó un valioso encuentro), etc. También sobre escritores del ámbito general como Zubiri y Ayala. Gil Cremades, duro en algunas de sus posiciones de juventud y primera madurez pero siempre hombre culto y deferente, nos hace evocar al laborioso profesor e investigador de nuestra Universidad.

 

5,-La-Calle

La Calle, la veterana revista de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza, que hace poco alcanzó su centena, cambia en su número 105 a un formato tabloide y dedica la mayor parte de sus páginas a la Cincomarzada y su espíritu. Con él entrevista al alcalde Santisteve, empeñado en que “le gente tiene que mandar”, y que hala de la ciudad, los problemas del urbanismo y los barrios, la financiación y presupuestos, los funcionarios, las contratas, la remunicipalización, la huelga del bus… Luces y sombras, que este hombre sencillo y directo aborda y vive, rodeado de frecuentes ataques y lógicas luchas de sus opositores, a los que finalmente reconoce que debe convocar e incorporar, para salvar Zaragoza.