09/05/2010

Machado en Collioure

Collioure es un bello pueblo marinero del Rosellón francés con fuerte impronta pictórica. Aquí dejaron su huella fauvista Derain y Matisse. Tiene el toque marino y pictórico de Cadaqués y Sitges o de Honfleur y Saint Malo en el norte de Francia. Allí está enterrado nuestro Antonio Machado que falleció el 22 de febrero de 1939.

Collioure tiene un hueco en mi corazón viajero. Un amigo me obsequia con un crucero por Argeles sur Mer, Port Vendres y el exquisito Cap Bear. La ciudad regala petunias y geraneos. Las calles están pobladas de estudios de pintores. Los patos caminan tranquilos por el césped. Unos caballos pacen amablemente en un cercado. Casa Sola parece un casino acogedor. La iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles del S. XVIII es la estampa clásica con su campanario, antiguo faro medieval, y con bellos retablos barrocos de Joseph Sunyer. En el de Santa Lucia hay santas con virtudes curativas: Santa Magdalena para las enfermedades venéreas, Santa Lucia para la vista, Santa Marta para las madres que dan el pecho, Santa Bárbara para proteger de la tormenta, Santa Inés y Santa Caterina para preservar la virginidad, Santa Ágata para las nodrizas. Aquí están reflejadas las preocupaciones sanitarias y sociales de la época.

El hotel Le Mas des citroniers, donde me hospedo, está cerca del cementerio donde descansa Machado junto a su madre Ana Ruiz. En los años 70 me hospedé en el hotel Bougnol-Quintana y la directora me enseñó la habitación donde falleció el poeta. Envié fotografías que se publicaron en “Campo del arpa” que dirigía el poeta y amigo Batllo. El pueblo le dedicó una calle. La huella de Machado está viva en Collioure.

Se celebró el 71 aniversario de la muerte del poeta con un film de Jo Figueres evocando el exilio hasta los últimos días en Collioure. El premio internacional de la fundación Antonio Machado fue para Antonio Herrera por su trabajo “Tras el vivir y el soñar” que evoca el otoño de 1936 y la primavera de 1938 en Villa Amparo (Valencia) donde se retiró a cuidar su salud. Fue un periodo de intensa actividad creadora, evocando diferentes temáticas machadianas como la infancia, el pesimismo y los sentimientos hacia la guerra civil.

Sobre su tumba hay flores frescas, placas de homenaje, letras emocionadas, poemas, un buzón repleto de mensajes que no se quien lee. “Los campos de Baeza soñando están contigo” “Hoy es siempre todavía”. “No te olvidamos, maestro”. Hay testimonios de Valderrobles (Teruel), del Instituto Gaspar Lax (Huesca) y del centro Salvador Allende (Zaragoza).

Sobre la tumba, grabado en la piedra y rodeado de flores un poema eterno de Machado

                        Y cuando llegue el día del último viaje

                        y esté a partir la nave que nunca ha de tornar

                        me encontrareis a bordo ligero de equipaje,

                        casi desnudo como las olas del mar

 Un santo laico. Un referente ético y cívico. La verdad es amiga del tiempo.

Gracias poeta.