Made in Spain (Economía)
Se veía venir, pero los árboles no dejaban ver el bosque (de urbanizaciones). Muchos años a la sombra del ladrillo nos llevaron a la presunción de una falsa opulencia. El negocio daba para todos (aunque de manera desigual). Para el constructor, para las financieras (bancos o cajas), para los gobiernos (Central y autonómicos), para los ayuntamientos, para los especuladores, para muchos Gremios de Autónomos, para trabajadores de la construcción… Licencias por aquí y por allá, IVA y más IVA, tasas y más tasas, con su gran efecto multiplicador sobre la economía en general. Con el dinero recaudado se hinchaban los presupuestos, que permitían alegres dotaciones en infraestructuras, equipamientos, eventos, gastos culturales, sociales… Y también Convenios colectivos que se renovaban con aumentos del 2 %, 3%, 4 %… por encima de la inflación.
Por si fuera poco el agotamiento del ciclo urbanístico en España con su secuela en suspensiones de pagos y despidos, y el añadido de una crisis financiera internacional provocada por banqueros sin escrúpulos, otra crisis ha descolocado a toda Europa en general. Se ha instalado entre nosotros un fantasma difícil de erradicar. Ya no se trata de la tradicional lucha entre patronos y obreros (ahora empresarios y trabajadores) por el reparto de la riqueza. Se trata de un problema mucho más profundo que afecta a las mismas raíces del ordenamiento económico-laboral. Es el problema de la COMPETITIVIDAD. Muchas empresas de países emergentes invaden nuestros mercados con productos con bajo coste (sin seguridad social, sin vacaciones, sin pagas extras, con despido gratis, etc.), lo que impide que muchas de nuestras Empresas puedan competir con ellas en precios. Hasta hace poco tiempo se creía que la solución estaría en rivalizar en los mercados con productos de más calidad y con mayor valor añadido, fruto del esfuerzo inversor en I+D y en innovación (I+D+i). Pero resulta que la deslocalización galopante de Empresas sitúa a las nuevas potencias económicas con importantes industrias punteras: China pronto fabricará aeronaves (por deslocalización de BOEING), la India es una potencia en Informática, por desplazamiento de inversiones de MICROSOFT, etc.
Y mientras tanto, los productos Made in England, Made in Germany, Made in France, Made in Italy… son caros y se venden menos. Y por supuesto los MADE IN SPAIN. Cierto que tenemos un buen abanico de Empresas de primera línea, pero el grueso del tejido productivo español está estancado o languidece. Sectores casi enteros han sucumbido ante este problema. El textil, calzados, juguetero, etc.. Cada vez que compramos con etiqueta Made in China, Made in Vietnam, Made in Japan… u otras procedencias, estamos contribuyendo al empleo en esos países y al mismo tiempo al desempleo en España. Tampoco se puede demonizar al comprador porque busque lo mejor tras comparar calidad y precio. Por tanto, nada que objetar. Perdón. Sí, nos podríamos esforzar algo más por adquirir productos españoles.
Creo que nuestra sociedad está aturdida por la dimensión de la crisis porque nuestro Estado del bienestar está en peligro, con el desempleo en la vanguardia de los problemas. Con la que está cayendo, el Gobierno va de culo, muchas empresas pelean cada día por mantenerse en pie, los trabajadores están asustados, los sindicatos están desbordados y solo el principal partido de la oposición se las promete felices, no por méritos propios (solamente acumula deméritos) sino por el debilitamiento de Zetapé y sus muchachos/as.
Ante este panorama, la CEE nos pone firmes. La deuda aumenta a pasos agigantados (cien mil millones de euros/año). Mejor no expresarlo en cifras para no asustar con tanto cero a la derecha. En 2013, Europa solo nos permitirá deuda hasta un 3 % del PIB. Solo el gasto por desempleo ha pasado de once mil millones a cuarenta mil. Con el recorte del 12 de Mayo se corrige en quince mil millones. ¿Será compensado el resto por la subida del IVA, la reducción del gasto y la mayor recaudación por la reactivación económica? .Esperemos que así sea. Si no, ya sabemos lo que nos toca. A tanto por barba y dos pezuñas.
Nos exigen desde Europa una REFORMA LABORAL para crear empleo, largamente solicitada por los economistas y la patronal. Muchos meses de negociación entre la CEOE y los sindicatos. Estaba escrito. Era un diálogo de sordos. No tenían vocación de firmar nada cediendo posiciones. Resultado: El Gobierno tira por la calle de en medio y dicta su propia reforma, destinada a ser protestada por unos y otros. Los empresarios la consideran demasiado light y los Agentes Sociales la tachan de lesiva para los trabajadores. Los sindicatos reaccionan con la filosofía y liturgia de siempre y convocan a la huelga. Pero lo hacen sin convicción porque saben que la situación es muy especial y delicada, y a lo mejor secundan el paro los de la casa y algún francotirador. Y si fracasa la huelga puede venir la depre.
Después de este panorama que parece apocalíptico, debería haber alguna salida. Y por supuesto que la hay. Se están reordenando los mercados financieros, se están corrigiendo los desequilibrios de la deuda, la inflación es baja, el precio del petróleo no aprieta y el tema de la productividad obliga. O sea, se están poniendo las bases para un crecimiento sano en el futuro que sin duda tendrá sus efectos positivos en el empleo y la COMPETITIVIDAD. Recordemos que esta palabra polariza las conclusiones de la Comisión de sabios creada para el estudio del futuro de Europa, presidida por Felipe González, a modo de un laboratorio de ideas. Apostemos para que lo antes posible el “MADE IN SPAIN” se abra paso en los mercados. Todo pasa porque nuestras empresas se adapten rápidamente al cambio o se adelanten al mismo. Mientras tanto habrá que aplazar una temporada ciertos idealismos políticos y sindicales. Y desde luego, de momento “sudor y lágrimas”.