Las canteras de losas en el Maestrazgo y Gúdar. (III) Es necesaria la planificación
La cantería de losas es un subsector minero de difícil regulación. Las explotaciones son pequeñas y proliferan sobre amplias extensiones, en las que el recurso se obtiene con facilidad. Falta profesionalidad y verdadero sentido empresarial en muchos de los titulares de las mismas. Es frecuente el furtivismo, que a su vez supone una competencia desleal hacia aquellos empresarios que quieren ejercer su actividad con sensibilidad y rigor.
La Administración no alcanza a poner orden en todo este desafuero: (i) la catalogación del recurso minero en la sección A (materiales de escaso valor económico o comercialización restringida, sin proceso de transformación) favorece tales hábitos; (ii) el seguimiento administrativo se complica por imprecisiones en la situación de las concesiones y en la superficie que se autoriza explotar; (iii) las medidas de corrección del impacto ambiental que se prescriben son a veces poco realistas, y presentan dificultades reales de aplicación o de seguimiento posterior; (iv) la Administración es excesivamente tolerante con los deficientes resultados de muchas restauraciones, y exige el depósito de avales tan reducidos que algunas empresas prefieren perderlos a restaurar; (v) esta tolerancia, junto a la falta de planificación y de un mercado estable, hacen que las explotaciones permanezcan abiertas mucho tiempo en estado de semiactividad y sin culminar su retauración; (vi) no existe ningún caso en el que la Administración aragonesa haya usado el importe de una fianza para rehabilitar una cantera abandonada o mal restaurada.
Esta situación sólo puede revertirse mediante una acción decidida de los poderes públicos. Quizás en la situación actual debiera replantearse la catalogación de las canteras como recursos de la sección A. Las explotaciones de losas, en algún momento destinadas a autoconsumo de los propietarios de las parcelas, están alcanzado actualmente un valor de mercado considerable como roca ornamental, lo que se refleja en las solicitudes de nuevas explotaciones. Su inclusión en la sección C (minería en general) conllevaría una investigación previa para valorar los lugares en donde se pueda hacer coincidir la mejor calidad del recurso y la menor afección ambiental. Una mejora en los métodos de restauración, su adaptación a las peculiaridades de este tipo de mineria y una ejecución más cuidadosa tal vez podrían hacerla sostenible. Finalmente, una adecuada coordinación entre las administraciones autonómica y local permitiría su planificación y ordenación, condición indispensable para que no se convierta en una hipoteca definitiva para este territorio hermoso, a la vez que duro y frágil.
Ángel Marco, José M. Nicolau, Juan Paricio, Alejandro Pérez, Silvia Pérez, José L. Simón son miembros del Colectivo Sollavientos (http://www.sollavientos.blogspot.com, sollavientos@gmail.com).