13/11/2012

JUECES, PERO PARCIALES. LA PERVIVENCIA DEL FRANQUISMO EN EL PODER JUDICIAL.

JUECES, PERO PARCIALES. LA PERVIVENCIA DEL FRANQUISMO EN EL PODER JUDICIAL. Es el título del libro que acaban de publicar Antonio Doñate Martín y Carlos Jiménez Villarejo, juez y fiscal, respectivamente, ya jubilados.

Se trata de un libro cuyo hilo conductor es la memoria histórica, a la que los autores hacen constante referencia, clamando de forma persistente para que se haga justicia a quienes resultaron más castigados durante los cuarenta años que duró el régimen totalitario franquista.

El libro analiza varios casos de violencia fascista o institucional (como el de los crímenes de Atocha, el atentado contra la revista El Papus o el homicidio de Agustín Rueda Sierra) y recoge una mención especial del proceso sumarísimo en el que fue sentenciado y condenado a muerte el “President” Companys, respecto del cual, la Generalitat instó al Fiscal General del Estado para que interpusiera un recurso de revisión, que el mismo rechazó, lo que, según los autores, propició la continuidad de la situación creada con el proceso, al seguir condenada como culpable una persona inocente.

También se refieren los autores del libro al proceso incoado por prevaricación contra el juez Baltasar Garzón, tomando postura a favor de la actuación profesional de éste y haciendo una crítica desmesurada sobre la actuación del Magistrado del Tribunal Supremo Luciano Varela, instructor de la causa, y sobre la sentencia absolutoria recaída.

En las numerosas alusiones que se hacen a las víctimas del régimen franquista, es una constante la denuncia sobre la falta de responsabilidad legal y democrática de los sucesivos Fiscales Generales del Estado, por no haber intentado la revisión de las sentencias condenatorias de los Consejos de Guerra y del Tribunal de Orden Público, crítica de la que se salva únicamente el Fiscal General del Estado Javier Moscoso, del que se hace una mención especial por su intento –frustrado- de que fuera revisada la sentencia que condenó a muerte al dirigente comunista Julián Grimau y se limpiara así su memoria.

Se aborda, en suma, el análisis documentado de determinadas actuaciones judiciales en las que los autores del libro residencian su particular opinión sobre la pervivencia del franquismo que da título a la obra, pero quizá yerran cuando bajo la referencia a “una parte muy significativa de la magistratura española” tienden a generalizar la complacencia de la judicatura con las actuaciones delictivas del fascismo español, pues ello no es así. Que se sepa.