Una cita en el Café Flore de París

“La eternidad es la mar mezclada con el sol”

Rimbaud

“Los caminos de la libertad pasan por el Café Flore . Flore fue amada por el cefiro, un viento «coquin» de la mitología. La diosa Flore engendró a la primavera, así se explica la eterna juventud del café.”

Tengo una cita en el Café Flore de Saint Germain.  Me hospedo  en el Hotel Saint Paul de rue Monsieur le Prince, una calle con reminiscencias de Comte, Pascal y Rimbaud que tiene su final en el jardin de Luxemburgo y nace en Saint Germain. El salón tiene sillones tapizados de rojo, chimenea y cuadros de girasoles y bodegón. Un libro fotográfico de consulta: París por Atget.

A mi lado y enroscado en un sofá  duerme gozosamente uno de los símbolos del hotel, el gato Sputnik, con una elegancia distante, que suele perder a las ocho de la mañana cuando reclama de forma gatuna y contundente su desayuno en do sostenido mayor. Permiten acariciarlo. A veces ayuda en la recepción y se sitúa en el mostrador: —«c’est mon assistant»,— dice la recepcionista.

Salgo con tiempo suficiente para la cita y paseo feliz por lugares queridos.Quiero respirar el aire de París. “Le Polidor”, «Les Racines», “La librería Rossignol” una auténtica delicia de épocas pasadas. Diviso un inicio de otoño en el Jardín de Luxemburgo y recojo algunas hojas amarillas.Ha sido un encargo. Es un encuentro muy esperado.

“Le Relais Saint Germain” fue  mi hotel literario de épocas pasadas. Admirable.Siguen sus cortinas rojas y cuatro maceteros en la puerta donde emergen los olivos, uno de mis árboles favoritos. En “Les editeurs” sirven un fabuloso The Mariages Freres  que me descubrió el amigo André Renoux.Muy cerca, en el número 4 el encuadernador Albert Barnett que trabaja exquisitamente los libros y envuelve su trabajo con música clásica.Tiene orquídeas blancas al lado de bellos libros.

La iglesia de Saint Severin tiene un estilo gótico muy singular.La construcción, la poesía, la teología y la vida espiritual forman un conjunto irrepetible.En la capilla Mansart dejó una exquisita huella Rouault.Allí recogió Vivente de Paúl al primer niño abandonado y fundó una institución con este fin. Esta iglesia junto a la de Saint Gervais en el Marais, me tiene robado el corazón.

Sartre y Simone de Beauvoir

Mi corazón literario en Paris lo delimitan el “Flore”, «Deux Magots»,Lipp”, “Les éditeurs” y “La Palette” para largas charlas nocturnas con pintores y escultores cenando platos de «fromage maison» y “Bordeaux haut Medoc”.

Por Saint Germain un vendedor ambulante de aire hindú  vende collares de jazmín. Por sus manos, miradas y gestos le concedo unas páginas para la próxima edición de «El jardinero» de Tagore. Sus manos describen gestos de baile,sus dedos hablan. Me dice que lamenta que poco a poco pierden su perfume que se expande suavemente por Saint Germain.

 

El Cafe Flore tiene una versión turística que es la terraza del bulevar. La primera planta invita a la palabra,al encuentro sosegado, a la filosofía, a la escritura. Tiene una bella decoración floral, de allí su nombre.

Julien, el maître me va descubriendo la carta de champagnes y vinos: Comtes de Champagne,Cristal Roederer, Pomery. Respecto a vinos, Chablis st Jean, Sauternes,…

-Si quiere mi opinión le sugiero Mr. Clement Pichot Haut Medoc.Les acompañará exquisitamenre. Fue un gran año.

-En esta mesa, que usted ha reservado escribieron muchas páginas Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre. Aquí nació su conocida trilogia de  «Los caminos de la libertad». Si no recuerdo mal está compuesta por “La edad de la razón”,”El aplazamiento” y “La muerte del alma”…

En este comienzo de otoño, Flore es una eterna primavera y hay efluvios de jazmín sobre la mesa.

Miro a la escalera con maderas brillantes. Se puede iluminar en cualquier momento. No creo que tarde en llegar . Es la hora.

 

Café Flore de Saint Germain