60 medidas contra el caos (13). Economía (continúa)

55.   No se puede ser Chino y Europeo a la vez. La llamada globalización, tal como nos la venden, es un “cuento chino”. No se puede producir con esclavos chinos, a precios chinos, sin sindicatos y con partido único… para luego vendernos eso en Europa a precios europeos. No lo podemos consentir. O Europa se espabila o volvemos a la esclavitud con el nombre de globalización. Ni podemos ni debemos tirar por la borda la Ilustración europea entera, origen de la democracia y de los derechos humanos. Como tampoco, los últimos 200 años de movimiento obrero. Los bienes de la tierra son para todos sus pobladores, no para cuatro privilegiados bien situados. ¿Cómo “justificar” que el 50% de la humanidad actual tenga menos del 1% de la riqueza mundial? ¿En esto consistía el infalible progreso neoliberal?

 

56.   Si una empresa europea se deslocaliza, será con todas las consecuencias. Y dejará de considerarse europea. O al menos, en sus productos generados con condiciones y trabajadores de fuera. Y esos productos estarán en Europa bien registrados y digitalizados. Y se les aplicarán medidas económicas reguladoras. Informarán obligatoriamente al consumidor europeo de las condiciones de producción y del precio de coste. Los representantes europeos (y no los especuladores, que no se presentan a elecciones) comprobarán la veracidad de esos datos antes de poner esos productos en venta. Aplicarán al precio de coste un porcentaje de beneficio razonable, incluso generoso, y fijarán el precio europeo de esos productos importados. Si los globalizadores se empeñan en decir que esto es “ilegal”, se cambiarán las leyes de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y todas las que haga falta. Lo que ya nunca se hará es dejar que los especuladores y los ladrones gobiernen el mundo.

 

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57.   España y Europa harán todo lo posible por eliminar los paraísos fiscales. Quienes se opongan a esta medida o la dificulten, serán declarados públicamente “obstáculos al bien común” en este tema, sean países, gobiernos, entidades o personas. A la vez, se tomarán las decisiones jurídicas y económicas pertinentes en las relaciones mutuas. En los últimos 20 años, el dinero en paraísos fiscales se ha multiplicado por seis. La mitad de las multinacionales que cotizan en el español IBEX tienen empresas en estos paraísos fiscales, eludiendo impuestos al mismo erario público al que ahora piden ayuda.[1] España también contribuye a la creación de agujeros fiscales contra otros países. Con las ETVE (Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros), permite no tributar en sus respectivos países a empresas no residentes en nuestro país.[2] Las Etve en 2011 canalizaron hacia España 12.000 millones €, pero no produjeron aquí crecimiento alguno, no pagaron apenas impuestos ni sirvieron para crear empleo. Por ejemplo, el holding de Pepsi, con 9.000 millones € de beneficio, tiene contratada solamente a una persona. No pagan impuestos, pero desde su implantación a mediados de los 90, han movido en España 123.551 millones de euros.[3]

 



 

[1] Ignacio ESCOLAR, diario Público: “Los siete pecados capitalistas”, domingo 26 octubre 2008.

[2] Alberto GARZÓN (2013), La gran estafa. Barcelona: Destino, pág. 189.

[3] Daniel MONTERO (2012): El club de los “pringaos”. Madrid: Esfera de los Libros, 1ª edición, pp. 90-91.