Un axioma indiscutible en el mundo occidental desde hace muchos siglos es el de la superioridad de la raza blanca. Desde ese supuesto se han exterminado pueblos, conquistado a sangre y fuego países y continentes, despreciado como “bárbaro” e “inferior” todo lo ajeno. Al supuesto inferior se le ha esquilmado, torturado, asesinado, explotado y vejado hasta el límite… también en nuestros días.
Todo lo que pido es un poco de respeto. Eso era lo que reclamaba la increíble voz de Aretha Franklin en uno de los temas que la encumbraron como la reina del soul. La escucho mientras hago un repaso de la actualidad en la prensa. ¡Respect!. El grito de Aretha rebota contra las paredes de la habitación. Se mete en mi cerebro hasta causarme un dolor agudo de taladro. ¿Respeto? ¿de qué demonios estamos hablando?
El presidente de la CEOE Gerardo Díaz-Ferrán, ese ínclito empresario cuyo […]