Con el título de La búsqueda, se ha publicado en Colombia un libro que narra la vida de Leonor Esguerra Rojas, monja colombiana que a los 81 años cuenta su interesante y apasionada vida cuya trayectoria había sido ignorada por los conductos oficiales. La publicación ha causado una gran impresión en todo el país por explicar cómo se atrevió en los años convulsos de la década de los 70 del siglo pasado, a abandonar la vida de religiosa para, sin renunciar a su fe en el Evangelio, unirse a los guerrilleros del ELN en donde estaba nuestro paisano Domingo Laín.

El 28 de enero, el pueblo natal del escritor Ildefonso Manuel Gil (Paniza, 1912 / Zaragoza, 2003) le homenajeó al cumplirse el primer centenario de su nacimiento. En el salón de plenos del Ayuntamiento se celebró una mesa redonda, moderada por el periodista Antón Castro, en la que participaron los profesores Mª Antonia Martín Zorraquino, Manuel Hernández Martínez y Juan González Soto, y la hija de Ildefonso, Vicky. La maestra de la localidad, Pilar Burillo, leyó varios poemas del homenajeado y se dio a conocer el nombre del ganador del concurso de poesía "Ildefonso Manuel Gil" que recayó en Manuel Terrer Benavide, residente en Albacete.

Con la reciente muerte de Donato Labordeta desaparece el último representante de una familia que había dedicado toda la vida a la noble misión de la enseñanza.

Con el anterior título, TV Aragón lleva bastante tempo realizando un programa en donde nos muestra la vida diaria de muchos pueblos aragoneses que perdieron su población en una sangría lenta e irreversible, pero que han sabido subsistir venciendo las llamadas embaucadoras que la capital les mostraba.

Hace trece años, me faltaban dos para jubilarme como maestro, se matriculó en el colegio donde yo ejercía, hoy ya desaparecido, en el barrio de las Delicias, un alumno de origen chino. Aunque la escuela era ya muy cosmopolita con alumnos ecuatorianos, rumanos, marroquíes, senegaleses y hasta rusos, su presencia causó impacto entre sus compañeros. Su sonrisa permanente y su mirada fija intentando entender lo que le decían lo convertían en el centro de todas las miradas. Sus padres habían abierto en la avenida Navarra la primera tienda de “Todo a cien” que con la llegada del euro se convertiría en “Todo a 0’60 €”.

El diez de octubre pasado me sorprendió gratamente ver en el periódico El País la fotografía de una mujer a quien yo ya creía fallecida. El periodista realizaba un estudio sobre los indigentes criticando la miseria, no a los mendigos, y allí aparecía ella con una sonrisa agradecida.

Fátima tenía 19 años cuando desde Argel se trasladó a España. Educada en el Corán, se convirtió al catolicismo para poder casarse con un murciano con el que tuvo tres hijos. Con el tiempo, las relaciones con su esposo se fueron deteriorando hasta recibir insultos amenazantes que la obligaron a abandonar su casa. En el deambular por España cayó en la esclavitud de la bebida. Yo la conocí hace seis años cuando al pasar por su lado (ella estaba sentada en un banco junto a un mercadillo en el barrio de las Delicias) me pidió con mucha educación que le diera dinero para comprarse un bocadillo. Se lo di. Luego comprobé que se lo había gastado en bebida.

En octubre de 1949, con diez años de edad y una maleta de madera, llegué al internado del colegio Santo Tomás de Aquino de Zaragoza, en la calle del Buen Pastor, para comenzar los estudios de bachillerato. La familia Labordeta-Subías me acogió como a un hijo huérfano (mi madre había muerto recientemente) y me consideraron como un miembro más de la familia. El temor y respeto que imponía don Miguel padre, fundador del Colegio, desaparecía cuando pasaba su mano por tu cabeza y descubrías en sus labios una escondida sonrisa.